«No es fácil la situación, se han perdido familias completas», dijo a AFP César Ureña, director de la Cruz Roja colombiana
La desolación y la angustia embargaban este martes a los vecinos del municipio de Salgar, noroeste de Colombia, donde continuaba la búsqueda de víctimas del deslave ocurrido la madrugada del lunes tras un torrencial aguacero, una catástrofe que ya cobró más de 60 muertos.
Guiados por lugareños, socorristas hacían barridos con perros con la esperanza de hallar sobrevivientes en la ribera de la quebrada La Liboriana, cuyo desborde arrasó con el poblado La Margarita, el más afectado del montañoso municipio de Salgar, ubicado a unos 100 km al suroeste de Medellín, constató un camarógrafo de la AFP.
Muchos vecinos, muy golpeados emocionalmente por lo ocurrido, limpiaban sus casas llenas de lodo mientras volquetas removían los restos de escombros del lugar, sin electricidad ni agua potable tras el fatal deslizamiento de tierra.
El número de fallecidos se elevó a 64, según el último balance de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), a cargo de las tareas de rescate y auxilio a los damnificados, que aumentaron de 333 a 542.
El servicio de Medicina Legal pudo identificar 18 cuerpos, trasladados desde Salgar a Medellín, donde estaban previstas las autopsias.
El presidente Juan Manuel Santos, que el lunes sobrevoló el lugar, volvió a garantizar el apoyo del gobierno a una situación que consideró «dantesca».
«No los vamos a olvidar», les dijo este martes el mandatario a los salgareños desde el programa de televisión Agenda Colombia.
Más de 370 miembros del sistema de emergencias nacional trabajaban en la zona, en acciones concentradas en la evaluación de daños y el análisis de necesidades, la disposición de albergues temporales, la provisión de agua potable, así como en la asistencia en salud y atención psicosocial.
Pocas esperanzas
Los equipos de rescate, formados por miembros de bomberos, defensa civil, policía y perros especializados, se reunieron desde primera hora en la iglesia de Salgar para coordinar una nueva jornada de socorro que prevén complicadas.
«Toda la noche cayó agua, la corriente del río volvió a crecer y eso nos va a dificultar mucho la recuperación de víctimas», dijo a la AFP Alfredo Vergara, comandante de bomberos de Salgar.
Las esperanzas de encontrar personas con vida son cada vez más escasas. «Desaparecidos vivos, es difícil, porque el caudal del río fue muy fuerte. Creo que si encontramos serán cadáveres», afirmó Vergara.
Raúl Arboleda / AFP