Los comerciantes informales que trabajan a las afueras del Parque Generalísimo Francisco de Miranda, en la Gran Caracas, se organizan para conformar unidades de producción familiar desde las cuales desarrollar proyectos socioproductivos que les permitan crecer en lo económico y a su vez proteger los ecosistemas del espacio natural.
Desde hace más de un año, la directiva del Parque Miranda, adscrito al Instituto Nacional de Parques (Inparques) desarrolla un plan de reordenamiento de las instalaciones que incluye la ubicación de los trabajadores de la economía informal, que se encuentran en la entrada del lugar.
El director nacional de Desarrollo Comunal del Inparques, José López, explicó que este ordenamiento se ejecuta para cumplir con dos objetivos centrales: preservar el medio ambiente y acompañar a los comerciantes informales en la transición hacia la economía productiva comunal.
«Contempla (el plan de ordenamiento) la atención directa de los comerciantes o llamados economía informal. Eso es una política que nosotros estamos llevando a cabo para trasladar lo que es la economía informal a la economía comunal, bajo el basamento jurídico de la Ley de Economía Comunal del Poder Popular», indicó López en entrevista telefónica con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
La ley establece diversas formas de organización productiva, una de ellas es la unidad familiar, que se ajusta a los comerciantes informales del parque por tratarse de familias que instalaron allí tiendas y kioskos que pueden convertirse en epicentros para la producción local.
Tres fases de trabajo
Precisó López que el ordenamiento del Parque Generalísimo Francisco de Miranda implica tres fases de trabajo. La primera de ellas abarca el desalojo voluntario y organización de los trabajadores de la economía informal dentro y fuera del sitio. Se estima que este proceso culmine este jueves.
Dicho proceso abarcará la constitución de las unidades de producción familiar, así como la categorización de los rubros a ser comercializados, el tiempo de ejercicio de la actividad comercial y los requerimientos para la manipulación de alimentos.
La tercera fase abarca la construcción de los kioskos populares en el bulevar de la entrada principal del Parque Generalísimo Francisco de Miranda, en los cuales serán ubicadas las familias trabajadoras.
«Digo ubicados y no la palabra reubicados porque la economía informal es una actividad ilícita, no está contemplada en ninguna de las leyes, por lo tanto, nosotros estamos reivindicando y apostando al derecho laboral de estas personas, pero bajo una figura legal que es la economía comunal», puntualizó López.
Se calcula que en tres meses esté lista la ubicación de las familias comerciantes. «Esta medida se está trabajando desde hace más de un año (…) Las actividades (informales) que se desarrollan allí dejan un sin fin de desechos que atentan contra la fauna de nuestro parque, y nosotros hemos tenido algunas aves que han muerto porque se han tragado algún plástico», añadió el director.
Esta semana, el Tribunal 8 de Control del área Metropolitana de Caracas fijó medidas ambientales de protección para el Parque Generalísimo Francisco de Miranda, entre las que destaca, el retiro definitivo de los trabajadores informales que se encuentran dentro de las instalaciones, la entrada peatonal y el estacionamiento del parque.
«La idea es, en primera instancia, conservar nuestro ambiente, y en segunda instancia, poder organizar al pueblo bajo las leyes que la Revolución está dando pues para proteger su trabajo y también para organizarlos de buena manera», manifestó el director nacional de la Desarrollo Comunal del Instituto Nacional de Parques, José López.
El Parque Generalísimo Francisco de Miranda, que cuenta con 82 hectáreas de superficie, fue conocido como Parque del Este hasta el 7 de noviembre de 2006, cuando el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, decretó rebautizarlo con el nombre Generalísimo Francisco de Miranda, a propósito de celebrarse el Año Mirandino y los 200 años del arribo de la expedición libertaria de Miranda a costas venezolanas.
Este espacio público fue declarado Bien de Interés Cultural, mediante la resolución número 005-98 del Instituto del Patrimonio Cultural, de fecha 23 de junio de 1998.