El primer ministro de Australia, Tony Abbott, dijo el miércoles que la esposa del combatiente australiano de ISIS que publicó una imagen de su hijo sosteniendo una cabeza tendrá que atenerse a «toda la severidad» de la ley si regresa a casa.
Khaled Sharrouf llegó a los titulares internacionales en agosto, después de publicar una fotografía de su hijo de siete años sosteniendo la cabeza de un ejecutado en su cuenta de Twitter, con la frase «Este es mi hijo».
En esa ocasión, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo que la imagen era «una de las fotografías más perturbadoras y grotescas jamás mostradas».
El miércoles, un medio de Fairfax, Australia, reportó que la esposa de Sharrouf, Tara Nettleton, quería regresar al país con sus hijos. Se cree que habían estado viviendo en Raqqa, Siria.
Cuando el primer ministro fue cuestionado sobre el regreso de Nettleton, comentó que «el crimen es crimen, y los criminales se enfrentarán a toda la severidad de la ley australiana, no importa que sean hombres o mujeres».
«Me temo que no pueden ser perdonados por decir ‘he entendido el error en mis acciones’. Si cometiste crímenes serios, debes enfrentarte a consecuencias serias y, en lo que me concierne, este es el caso».
Preocupaciones por los niños
El destino de los hijos de Sharrouf y Nettleton, quienes vieron crímenes violentos en Siria, preocupa a la sociedad australiana.
El padre de Nettleton, Peter, que no ha visto a su hija en 10 años, dijo a Sky News: «Todavía amo a mi hija y espero que llegue a casa sana y salva». Al ser interrogado sobre si debería reingresar al país, se negó a dar comentarios.
Este año se reportó que la hija de 14 años de Sharrouf y Nettleton se casó con su mejor amigo, Mohamed Elomar, otro combatiente australiano de ISIS que ha publicado imágenes impactantes donde posa junto a cadáveres.
El miércoles, el ministro de Inmigración de Australia, Peter Dutton, dijo que los padres que exponen a sus hijos a esas atrocidades en guerras extranjeras han «destruido sus vidas y la de los niños».
Sin embargo, recordó que Australia es «un país compasivo que provee apoyo a los niños que están en necesidad, y que el gobierno cumplirá con sus obligaciones».
Se endurecen las leyes
Australia ha tomado una postura enérgica con los ciudadanos que dejaron el país para combatir con ISIS.
El martes, el gobierno anunció sus planes para quitar la ciudadanía australiana a las personas con doble nacionalidad que hayan participado en «actividades terroristas serias».
La ministra del Exterior, Julie Bishop dijo al Parlamento el lunes que el gobierno ha cancelado más de 110 pasaportes de personas que representan un riesgo a la seguridad nacional.
Bishop ha expresado sus preocupaciones por el riesgo de que los «terroristas crecidos en Australia» regresen con ideas para atacar a los locales.
La ministra comentó que el precedente de esta acción está en Afganistán, donde 30 australianos viajaron para combatir con grupos extremistas entre 1990 y 2010. Bishop indicó que 25 regresaron a Australia y «19 estaban involucrados en actividades que ponían en riesgo nuestra seguridad; ocho de ellos fueron condenados por actividades terroristas».