Myanmar debe abordar las causas profundas de por qué las personas están dejando sus costas, dijo un alto funcionario de las Naciones Unidas este viernes en una cumbre que busca una solución a la crisis de inmigrantes y refugiados en el sudeste de asiático.
Volker Turk, de la Agencia de Refugiados de la ONU (ACNUR), dijo en la cumbre de Bangkok que Myanmar tiene la responsabilidad sobre su población, y que la concesión de la ciudadanía a los apátridas en el país es clave.
En respuesta, el delegado de Myanmar, Htin Lynn, representante especial del Ministerio de Relaciones Exteriores, sugirió que Turk fue «politizando» el tema por señalar a Myanmar como una de las principales causas de la crisis que se arrastra desde hace semanas.
«Mi querido colega de ACNUR necesita ser mejor informado», dijo. «Señalar con el dedo no va a resolver nada. No nos llevará a ninguna parte.»
Turk se refería a la minoría musulmana rohingya, un grupo que sufre persecución en Myanmar, y que constituye la mayor parte de los migrantes que han huido del país en las últimas semanas.
Myanmar no los reconoce como sus ciudadanos. Los funcionarios del país insisten en que los rohingya no son de Myanmar, y se habían negado previamente a participar en las reuniones si se utilizaba el término para describir el grupo.
Necesidad de cooperación
Los participantes en la sesión especial sobre migración irregular en el Océano Índico se refirieron en gran medida a la necesidad de cooperación regional e internacional para solucionar la crisis.
La reunión en Bangkok juntó a representantes de los países del sudeste asiático, así como Australia, Nueva Zelandia, Afganistán e Irán, además de delegados de organizaciones internacionales como ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Proteger a los migrantes actualmente varados en el mar, prevenir y detener la trata de personas, y abordar las causas fundamentales detrás de la migración irregular, para mejorar los medios de subsistencia de las comunidades afectadas, son los tres objetivos de la reunión, definidos por la delegación tailandesa.
Los cinco países en el centro de la crisis de migrantes -Tailandia, Bangladesh, Indonesia, Malasia y Myanmar- acordaron en términos generales la necesidad de la cooperación regional e internacional para alcanzar soluciones al problema, y convinieron en que la necesidad inmediata es proporcionar ayuda a los miles de migrantes que se estima que aún están varados en el mar.
Según la OIM, se estima que 25.000 migrantes del sudeste asiático se embarcaron en los primeros tres meses de 2015.