Detuvieron a extrabajador de restaurante por doble homicidio dentro de comercio

En el centro comercial Propatria, al oeste de Caracas, funcionarios adscritos a la División contra Homicidios del Cicpc, capturaron a Joharwind Amarista Piojo de 18 años de edad, presunto autor del asesinato de Ramón Celestino Camacho Guerra, de 50 años de edad; y el plomero Jorge Rafael Páez Téllez, de 52 años.

Las víctimas fueron halladas sin vida, maniatadas y degolladas en el depósito del restaurante 100% Riko, en la calle Las Trinitarias de La Campiña, detrás de PDVSA. El chef llegó a primera hora de la mañana y los localizó.

Amarista era ex empleado de Camacho Guerra, dueño del negocio. Había laborado más de un año en el establecimiento y un día se presentó para decir que renunciaría.  El comerciante aceptó pero no le permitió trabajar preaviso.

Camacho le pasó la suma de 15 mil bolívares como liquidación pero el muchacho no quedó conforme y el dueño del negocio le entregó otros 8 mil. Este miércoles Amarista se apareció con un primo que también trabajo en el negocio y un amigo, en busca de más dinero.

El patrón lo dejó entrar porque lo conocía, pero cuando le dijo el motivo de su visita discutieron, tras lo cual el muchacho decidió matarlo. En el sitio estaba Jorge Páez, instalando una campaña para extracción de humo, por lo que también lo maniataron para no dejar testigos y ambos fueron degolladlos.

Los delincuentes huyeron con una suma de dinero que extrajeron de la caja registradora y con los equipos celulares de las víctimas. Tras entrevistas a testigos y análisis de algunos videos de cámaras ubicadas en edificios aledaños, el Cicpc logró identificarlos y fue por ellos, logrando solo capturar a Amarista.

Jorge Páez Téllez era nativo de Barranquilla, Colombia y se nacionalizó venezolano. Tenía más de 25 años en el país y primero vivió en el estado Zulia. Era personal de confianza de Camacho Guerra, además padre de una hija que ayer fue a la morgue a reclamar su cadáver.  “Mi papá estaba ahí en mala hora instalando la campana de una cocina”, explicó Lina Andrea Páez, única hija del plomero.

La joven aseguró dejarlo todo a la justicia divina, “que Dios los perdone. Me quitaron a mi padre. Que paguen por su crimen. No les deseo mal pero que cumplan su castigo”, al referirse a los homicidas de su papá a quienes les recomendó que se refugien en Dios y que cumplan su castigo”.

AA

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