César David Sforza Palomares, de 40 años, el pasado sábado a las 8.00 de la noche se encontraba en casa de una tía, situada en la calle M-N, entre avenida 6 y 7 del sector 18 de Octubre, de la parroquia Coquivacoa. Estaba sentado en el frente bastante concentrado utilizando su tableta electrónica cuando dos sujetos se acercaron y apuntándolo con armas de fuego le exigieron que la entregara. Se negó y seguido le dispararon por la espalda cuando trataba de refugiarse.
Esforza trabajaba para Petróleos de Venezuela (PDVSA), en Lagunillas, donde actualmente residía. Los familiares contaron ayer, frente a la morgue forense, que César no estaba solo cuando llegaron los sujetos. “Él se encontraba con un vecino en el garaje de la vivienda cuando los dos vándalos a bordo de una motocicleta se acercaron hasta el portón de la misma y apuntaron al par de amigos con una pistola”.
A César le solicitaron que entregara la tablet que tenía entre sus manos y este se negó. Atemorizado les dio la espalda y corrió para refugiarse dentro de la vivienda, pero en ese momento el malhechor que iba como parrillero comenzó a dispararle en reiteradas ocasiones, alcanzando herirlo con una bala.
Los delincuentes huyeron con las manos vacías. El ingeniero a pesar de estar herido logró correr hasta la habitación de su tía, pero al ingresar se desplomó en la cama. Sus parientes lo auxiliaron y lo trasladaron en un vehículo particular hasta la emergencia del Hospital Adolfo Pons, donde ingresó sin signos vitales. El disparo que recibió por la espalda, debajo del omoplato izquierdo, fue mortal, pues este le perforó el pulmón y su corazón.