Quien sí me alarma y debería encender las turbinas de la angustia de quienes amamos la vida (incluso la de los oposicionistas), es Lilian Tintori. A la esposa del golpista Leopoldo López se le fue la mano, con dedos y todo, en tuiter
No es que la sexualidad del «animador» Luis Chataing me interese poco. Simplemente no me interesa para nada. Es su problema y ya, si es que la cosa le resulta un problema.
Tampoco me motiva a comentarios si Patricia de Ceballos montó tienda aparte, conyugalmente hablando, mientras su marido enfrenta la justicia por incursionar en las guarimbas mortales. Tal episodio sólo concierne a ellos y hasta de mal gusto me parece que se usen las redes sociales, para ventilar algo de limitado ámbito.
Quien sí me alarma y debería encender las turbinas de la angustia de quienes amamos la vida (incluso la de los oposicionistas), es Lilian Tintori. A la esposa del golpista Leopoldo López se le fue la mano, con dedos y todo, en tuiter. Eso de invocar la vida de millones de venezolanos, en nombre del progreso y el bienestar, me remitió de un solo envión a los tiempos de Adolfo Hitler cuando el fascismo intentó arrasar con la humanidad en nombre de su «causa».
¡Que no venga ahora a decir que le jaquearon la cuenta!. De ser así ¿por qué no armó el escándalo al momento? ¿por qué esperó tanto?
Su mensaje está fechado el 26 de mayo y sólo cuando Diario Vea lo difundió en su edición del viernes 29, fue cuando reaccionó para aseverar que se trataba de una infamia reservándose –como es lógico- acciones legales.
No soy un experto en asuntos informáticos pero sí he aprendido a conocer a los adversarios de la Revolución bolivariana, entre otras cosas, porque ellos mismos nos han enseñado. Repásese la historia política de los últimos 15 años en Venezuela y al descubierto quedarán quienes han ensayado métodos sangrientos que han significado la vida de innumerables compatriotas (incluyendo niñas y niños), para luego no asumir las consecuencias de sus malignos actos.
Una última cosa: si el fulano jaqueo hubiese sido cierto ¿no se hubiese aprovechado tal circunstancia para darle un uso más letal? Calladita se ve más bonita. No tengo la menor duda. ¡Chávez vive …la lucha sigue!
Ildegar Gil
Aporrea.org