Las neveras aún están llenas, pero la escasez se instalará en ellas. El ajuste del precio de la carne es un desfase que se traducirá en inspecciones para los comerciantes que no podrán soportar.
Vender el kilo en 250 bolívares sería trabajar con un promedio de pérdida cercano al 20%. Todo indica que el Ejecutivo tomó la decisión sin tomar en cuenta los elementos que conforman la cadena de producción y distribución del rubro.
Rafael Alfano, vocero de los carniceros independientes de Carabobo lo explicó de forma sencilla, con calculadora en mano sacó sus cuentas. La nueva regulación indica que el kilo del ganado en pie cuesta 82 bolívares, eso se debe multiplicar por dos para tener el precio en canal, lo que es igual a 164, esto significa una primera contradicción porque la providencia de la Sundde señala que el costo del kilo en canal es de 135 bolívares. Pero eso no es todo.
A los 164, que da la cuenta real, se le debe sumar los 10 bolívares que cobra el distribuidor por cada kilo, para luego aplicarle el 30% del deshuese, y otro porcentaje idéntico correspondiente a los gastos operativos. En total, un kilo de carne al consumidor bajo este esquema estaría en 294,06 bolívares, 17,6% por encima de los 250 bolívares que cuesta la carne de primera.
El aumento anunciado no cumple con las exigencias del sector. El ganadero esperaba que el animal en pie llegara hasta los 120 bolívares, por lo que el déficit es de 46,34%; mientras que en canal pedían 240 bolívares por kilo y se les redujo de 195 a 135. De esta manera se podría vender al consumidor en precios entre los 400 y 500 bolívares el kilo, a diferencia de los 800 que mantiene las neveras llenas de mercancía porque pocos tienen el poder adquisitivo para pagar ese monto.
Fuente: El Carabobeño