Una investigación de CNN calcula que de 2011 a 2013, el programa tenía una tasa de mortalidad del 12,5% para las cirugías a corazón abierto, lo cual es tres veces más que el promedio nacional.
«¿Por qué no se detienen?», preguntó Nneka Campbell, cuya bebé, Amelia, murió luego de ser sometida a una cirugía del corazón en el hospital.
El mismo día en el que murió el último bebé, el director ejecutivo de St. Mary’s, Davide Carbone, escribió una carta dirigida a los empleados acerca de la investigación de CNN, la cual fue transmitida el lunes en la noche, y expresó su apoyo hacia el programa y su cirujano cardiaco, el Dr. Michael Black.
«Los pacientes a los que atendemos padecen de graves condiciones que son posiblemente mortales, y es imposible eliminar el riesgo de mortalidad», escribió.
El hospital, propiedad de Tenet Healthcare, dice que CNN no hizo mención de la tasa de mortalidad correcta, pero no dice cuál es la correcta según el hospital.
«Nos entristece profundamente cuando una falta de transparencia institucional puede haber contribuido a riesgos posiblemente innecesarios y a serios daños», dijo Amy Basken, vocera delPediatric Congenital Heart Association, un grupo de defensa nacional.
El año pasado en abril, el Departamento de Salud de Florida envió un equipo de médicos especialistas en el corazón a St. Mary’s para revisar el programa de cirugía cardiaca en niños. El director del panel, el Dr. Jeffrey Jacobs, profesor de cirugía cardiaca en Johns Hopkins, sugirió que dejaran de llevar a cabo cirugías cardiacas en bebés menores de 6 meses.
El bebé que murió el martes, Davi Ricardo Brandao, tenía solo unas cuantas semanas de edad cuando lo operaron en marzo debido a un grave defecto cardiaco conocido como truncus arteriosus, según su madre, Pautilia Gomes. Ella dijo que su hijo necesitaba una segunda cirugía más adelante ese mes.
En abril, en respuesta a una investigación de CNN, la vocera de St. Mary’s, Shelly Weiss, dijo que un paciente que padecía de truncus arteriosus en St. Mary’s se estaba «recuperando bien y el pronóstico es bueno».
Davi nunca salió del hospital y no había cumplido los 2 meses cuando murió. Gomes publicó una foto en su página de Facebook de un ojo lleno de lágrimas y la palabra «LUTO», que en portugués significa «lamento».
Según St. Mary’s, el hospital recibió las revisiones finales de los expertos el año pasado en junio. En su carta dirigida a los empleados, Carbone dijo que desde ese momento, «nuestra tasa de mortalidad ha concordado con el promedio nacional, y no excede de manera significativa la tasa de mortalidad de otros programas, tal como lo afirma el artículo de CNN».
Él no dijo cuál era la tasa de mortalidad del hospital, o si incluía la muerte de Davi. CNN envió un correo a Weiss el miércoles, pero no obtuvo respuesta.
En su análisis del año pasado, Jacobs, el cirujano de Johns Hopkins, señaló que St. Mary’s estaba haciendo muy pocas cirugías pediátricas cardiacas —un tipo de operación muy compleja— como para ser buenos en eso. Él señaló que en 2013, el hospital realizó 23 procedimientos. La gran mayoría de hospitales en Estados Unidos que realizan esas cirugías hacen más de 100 al año, y cualquier cantidad menor a eso es considerado un volumen bajo por la Sociedad de Cirujanos Torácicos.
En respuesta a la investigación de CNN, el Departamento de Salud de Florida y la Agencia para la Administración del Cuidado de la Salud emitieron una declaración el miércoles en la que decían que «Florida no regula el número de procedimientos realizados en los programas cardiacos pediátricos», y la Agencia para la Administración del Cuidado de la Salud «sigue monitoreando a St. Mary’s muy de cerca para asegurarse de que cumplan con la ley».