Sostenemos que los resultados de las elecciones parlamentarias, en Miranda, van a ser favorables a los candidatos del chavismo
En La Voz del domingo pasado un leído articulista preguntaba en su columna, con cierta angustia, según nuestra apreciación, quién gobernará Miranda, refiriéndose a quién asumirá la silla que ahora ocupa Capriles en la Casa Amarilla, de Los Teques, a partir del 2017; respondiéndose él mismo, a través de su oráculo Cicerón, que la apuesta está a favor de Elías Jaua. Aquí convendría, ante esa santa palabra, apelar al oportuno latinismo suo tempore (todo a su tiempo).
Porque en estos momentos lo que está en puertas es la elección de los nuevos diputados a la Asamblea Nacional. Y en este sentido, lo que estaría por preguntarse es quién o quienes ganan o mejor quién o quienes pierden en Miranda de cara a las próximas elecciones parlamentarias.
Sin ser Cicerón ni pretender, ni por asomo, tener cualidades premonitorias, nos atrevemos a responder a la pregunta que encabeza el presente artículo con la certeza que la respuesta que vamos a sustentar está avalada por indicadores que reflejan de manera transparente y objetiva, a nuestro juicio, la realidad concreta de los mirandinos.
Margen estrecho
Es el caso que en lo que va del proceso bolivariano, en este estado, hemos tenido tres períodos con gobernadores opositores (Mendoza uno y Capriles que va por su segundo, el cual ganó con una diferencia menor a los 40 mil votos) y el interregno de un gobernador bolivariano (Diosdado Cabello); mientras, en el ámbito parlamentario ha ocurrido que los resultados en las dos últimas elecciones han favorecido a los candidatos del chavismo (para la Asamblea Nacional de 6-5; y para el Consejo Legislativo de 8-7).
Este recuento nos indica que en Miranda, electoralmente hablando, los resultados han estado en un margen bastante estrecho y todo indica que en las próximas elecciones parlamentarias de finales de año no será, marcadamente, diferente el comportamiento electoral regional.
Para ello asumimos la hipótesis de que hay una correspondencia entre la inclinación al voto y la estratificación socio-económica de los electores mirandinos; las capas medias, que en este estado se ubican en alrededor del 42% de la población, tienden a votar, mayoritariamente, por las opciones opositoras de la derecha (es decir, antes que votar pro, por su propuesta, lo hacen contra la opción chavista) lo cual no implica que también no “muerdan” en los sectores populares. Y es allí donde está, en mayor medida, la disputa y la razón por la que entendemos, para ir directamente al meollo del asunto, que la próxima liza electoral la tiene perdida la derecha opositora.
Datos de la realidad
Nos atrevemos a sostener desde ya esta aseveración apoyándonos en datos de la realidad objetiva, sin detenernos a considerar el efecto perturbador que las diferencias crecientes (ahora Voluntad Popular asoma la posibilidad de formar tienda aparte de la inefable MUD) en el seno de la enfrentada dirigencia opositora pueda ocasionar en la subjetividad de las masas opositoras.
Y cuáles son esos datos, pues, no son otros sino los que expresan las respuestas efectivas que el gobierno bolivariano, especialmente, en estos dos últimos años le ha venido dando a los problemas y expectativas de los sectores populares mirandinos, ante los cuales, por cierto, el gobernador Capriles y los alcaldes opositores en sus respectivos municipios no han dado respuestas ni aportado soluciones.
Más, por el contrario, como es el caso concreto de Capriles que ha optado por la política de hacer mutis frente a los problemas, dentro del cálculo de obtener dividendos políticos con la incentivación del caos social, de allí la indolencia y desfachatez para enfrentar el flagelo de la inseguridad, el desconocimiento de las deudas de los trabajadores de la educación, de los jubilados de la policía, de los bomberos, etc., su despreocupación ante el desabastecimiento de productos básicos, su desentendimiento de los servicios públicos (vialidad, vivienda, salud, educación, etc.); en fin, la práctica del gobernar sin gobernar, propiciando la incubación de una situación general que le favorezca el acceso al poder. Mal cálculo cuando el pueblo espera y aspira soluciones concretas a sus inquietudes y problemas.
Que es precisamente hacia donde apunta, responsablemente, el gobierno bolivariano desarrollando en Miranda una audaz política vial y de transporte masivo que abarca a todos los sectores, una extraordinaria política de construcción de viviendas (más de 50 mil hogares dignos desde la creación de la GMVV), consolidando las políticas de salud y de educación, atendiendo desde distintos ángulos el complejo problema de la inseguridad, atendiendo a los más amplios sectores, en especial a los más vulnerables, en lo relacionado a la guerra económica y al abastecimiento de productos básicos, etc. En fin gobernando en función de las expectativas del pueblo, teniendo claro la orientación estratégica de responder siempre a los más altos intereses nacionales.
Políticas contrastantes
Por ello, sostenemos que los resultados de las elecciones parlamentarias, en Miranda, van a ser favorables a los candidatos del chavismo. El pueblo mirandino que ha estado atento al acontecer político del país, que ha calibrado la inobservancia de la oposición en la actual Asamblea Nacional, que cada día madura políticamente ha sabido asimilar la importancia de preservar la coherencia que debe existir entre el accionar del ejecutivo con el del poder legislativo para impulsar las políticas asertivas que le den respuestas efectivas a los problemas del país. Miranda ha sido y es un claro reflejo de las posiciones políticas que se contrastan: por un lado, la bolivariana, constructiva y destinada a desarrollar soluciones reales a los problemas populares y, por otro lado, la de la derecha opositora, obstructiva y enfilada a caotizar el país. Frente a estas opciones no hay disyuntiva posible, sabemos cuál va a ser el desiderátum del pueblo. Para ello no hace falta ser un Cicerón, basta con tener sintonía con el sentir popular.
Notas paralelas
Miguel Ugas