El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y otros líderes mundiales se reunieron en un castillo de Bavaria el domingo para debatir cómo ayudar a Ucrania, luego de que las sanciones económicas impuestas para detener la ofensiva de Rusia en el país fracasaran.
La reunión del G7 en Alemania se realiza un año después de la expulsión de Rusia del grupo.
Se espera que Obama busque mayores sanciones para Rusia junto con los otros líderes, ya que hasta ahora han podido limitar la acción militar en el país y han despertado el descontento entre la población, indicaron algunas autoridades administrativas.
Obama dijo el domingo que la «agresión rusa» en Ucrania es lo primero en la agenda del G7, seguido por el combate al cambio climático y a los yihadistas.
Durante una reunión bilateral con la canciller alemana Angela Merkel, la Casa Blanca dijo que los líderes «acordaron que la duración de las sanciones estará ligada a la adhesión de Rusia a los acuerdos de Minsk», documento que permitió un breve alto al fuego en marzo, antes de ser violado.
Las violaciones, entre las que se encuentran emprender avanzadas con artillería pesada, hicieron que los líderes prohibieran a Rusia acudir este año a la reunión. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo el domingo que «todos nosotros preferiríamos tener a Rusia con nosotros en la mesa del G7», pero que no sería invitada «mientras se comporte de manera agresiva en Ucrania y otros países».
Imponer más sanciones
Obama deberá persuadir a sus contrapartes europeas para imponer más sanciones a Rusia, a pesar de que la Casa Blanca admite que estas medidas no han logrado mucho para disuadir los ataques de los separatistas prorrusos en el país, donde miles han muerto desde el inicio del conflicto en 2014.
Moscú niega haber mandado tropas y milicia para apoyar a los separatistas.
Estados Unidos también debe conseguir respaldo de sus aliados para llevar a cabo una estrategia contra ISIS en Iraq y Siria, donde la caída de Ramadi ha generado nuevos llamados para ayudar a la milicia iraquí y a los combatientes sunitas en la provincia de Anbar.
Obama planea reunirse con el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, en Alemania el lunes. Pero el presidente estadounidense no quiere anunciar su ayuda a Iraq este fin de semana, según fuentes oficiales que dicen que su administración está continuamente dando asesoría a los barcos de Baghdad.
Resistencia al envío de armas
Obama se niega a proveer de armamento a las tropas ucranianas. Sin embargo, el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden dijo durante un evento el mes pasado en Washington que el embarque de armas todavía estaba sujeto a consideración y que altos funcionarios del gabinete presidencial apoyan la moción.
Pero los líderes europeos, encabezados por Merkel, se rehusan al envío de armas por temor a que la violencia escale.
Es improbable que se tome alguna decisión sobre este rubro en la reunión del G7.
«Creo que nuestra visión general es firme y frontal», dijo Charles Kupchan, director de asuntos europeos en el equipo de Obama. «Siempre hemos dicho que estamos a favor de generar una política diplomática contra la crisis.»
Sin embargo, la solución es difícil de encontrar. Los líderes occidentales procuraron un acuerdo de cese al fuego este año en Bielorrusia, aunque no prosperó.
Las autoridades estadounidenses esperan que los líderes europeos se sumen a sus sanciones económicas contra Rusia, para así generar un cambio en la estrategia del presidente Vladimir Putin.
«Rusia no ha cambiado su comportamiento», dijo Heather Conley, directora del programa europeo del Centro de Estudios y Estrategias Internacionales. «Si algo ha ocurrido, es que Putin redoble sus frentes».
Los líderes europeos, quienes también se enfrentan a la incertidumbre económica por el caso de Grecia, decidirán en otra reunión programada para este mes si continúan las sanciones contra Rusia.