Aseguran en los dos últimos años han muerto 18 compañeros por condiciones laborales peligrosas, al tiempo que dicen que la explosión en la subestación de Soco, estado Aragua, “no fue terrorismo sindical”, sino por obsolescencia de equipo
“Queremos decir al ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón; al presidente de la República, Nicolás Maduro, y al gobernador del estado Aragua, Taerk El-Aisami, que no aceptamos que se nos califique de terroristas sin tener pruebas, de forma injusta y temeraria. Quieren que los trabajadores sean los responsables de la ineficiencia de la alta gerencia de Corpoelec (la Corporación Eléctrica Nacional): el transformador que explotó el pasado jueves tenía 44 años en operación, cuando tenía una vida útil de entre 25 y 30 años. Es más, se habían realizado tres informes preliminares que decían que ese aparato debía ser reemplazado, pero la incompetencia de la alta gerencia decidió ignorarlo”.
Así lo afirmó Alí Briceño, secretario ejecutivo de la Federación de la Industria Eléctrica de Venezuela (Fetraelec), en una rueda de prensa en la cual fijaron posición ante las acusaciones hechas por El-Aisami, en las que calificó la explosión de una subestación en el Soco como “terrorismo sindical”, lo que provocó que tres de los trabajadores que se presentaron al lugar para solventar la emergencia fueran detenidos hasta el pasado domingo.
Asimismo, Briceño exigió en nombre de sus compañeros del sector, que se acelerare la discusión de su Contrato Colectivo, vencido desde el año 2011: “En estos momentos se trata de hacer una reingeniería de nuestro contrato, lo cual rechazamos, porque significaría el desconocimiento por parte del patrón de una serie de conquistas que la clase obrera ha venido obteniendo a lo largo de los últimos 80 años”, explicó. “No entendemos como un Presidente que se hace llamar obrerista permite que ocurra algo así”.
Desinversión
“Situaciones como la ocurrida en Aragua pueden repetirse en el país porque cerca del 60% de los transformadores de carga están obsoletos o a punto de ser chatarra”, aseveró Briceño. “Eso quiere decir que no se han hecho los estudios pertinentes ni se han reemplazado los transformadores a tiempo, no por culpa de los trabajadores ni por terrorismo, sino por la irresponsabilidad y la indolencia de la alta gerencia. Es tanto así que en muchos casos los repuestos, las baterías y las piezas para reparar los equipos lo compran los propios trabajadores”.
Según el secretario general del Sindicato de Trabajadores Electricistas del Distrito Capital, Reinaldo Díaz, la desinversión en la industria ha causado que 70 % de los vehículos con que cuenta Corpoelec están averiados y que los trabajadores tengan que costearse, tanto sus uniformes y botas como los materiales indispensables para el desempeño de sus funciones.
“Ha llegado al punto que hay condiciones de trabajo que amenazan la vida y la salud del trabajador”, dijo. “Por ejemplo, en generación, donde antes se consumía gas ahora se usa petróleo, que contiene una alta cantidad de contaminantes. En Tacoa o Planta Centro se ha multiplicado 36 veces el impacto ambiental, lo que no solo afecta a los alrededores de la planta, sino que afecta a sus trabajadores: apenas al entrar te arden los ojos y la garganta de los gases que hay en el aire”.
Según denuncian los trabajadores, en la actualidad hay un déficit en la generación de cerca de 3 mil megavatios, lo cual ha llevado a realizar apagones controlados en varias zonas del sistema. Asimismo, aseguran que en los últimos años no se han hecho las pruebas de eficiencia de los equipos y calderas para verificar su operatividad.
“Debido a estos hemos perdido mucha capacidad de generación: somos el país con mayores pérdidas de energía eléctrica del mundo”, informó Díaz. “A nivel nacional se pierde el 40% de la generación, entre fallas en el sistema y las tomas ilegales, recursos que la empresa deja de recaudar”.
Trabajadores afectados
“Hay personas como Inocencia Zavala, de 62 años, que todavía no se han jubilado porque, a pesar de tener una medida del Tribunal Supremo a su favor, lo quieren jubilar con la mitad del sueldo, a un trabajador que lleva 34 años en la empresa”, explicó Díaz, quien agregó que la empresa solo está reconociendo la antigüedad para las jubilaciones de sus obreros desde 1997 al presente. “No somos tontos ni ignorantes, le exigimos al ministro Jesse Chacón respeto para con los trabajadores eléctricos, cada que dice que no nos debe cuando hay sentencias en la corte para que nos pague aumentos de sueldo, evaluaciones de desempeño y demás reivindicaciones; cada vez que a pesar de eso dice que no le debe a los trabajadores nos está faltando el respeto”.
Mortandad laboral
“En el pasado año y lo que va de 2015 han muerto 18 a causa de accidentes laborales”, denunció Alí Briceño, secretario ejecutivo de la Federación de la Industria Eléctrica de Venezuela (Fetraelec). “Desde la empresa lo quieren resolver con un comunicado, una corona de flores y su liquidación de sus prestaciones para la familia, cuando esto va más allá: tiene que ver el resguardo de la calidad de vida de la clase trabajadora y su seguridad y le exigimos al ministro que tome cartas en el asunto”
“No somos
saboteadores”
Norma Torres: “Se han aprobado los recursos para el mantenimiento del sistema, pero si vemos tantas fallas, a nivel nacional, es porque no han llegando a su destino”
Reinaldo Díaz: “En el sector eléctrico no hay saboteadores, esto ocurre por la falta de mantenimiento preventivo”
Ali Briceño: “Situaciones como las que ocurrió en Aragua pueden repetirse en el país porque cerca del 60% de los transformadores de carga están obsoletos”
Luís Guillermo Valera
lvalera@diariolvaoz.net
Fotógrafo: Giovanni Martínez