El 20 de septiembre de 2012 fue inaugurada la carretera que comunica a Mamera con El Junquito y a poco menos de tres años ya el alumbrado público es prácticamente inexistente. Una banda que actúa todas las noches a pasos acelerados se encarga de desmantelar los paneles solares que están en buena parte de la llamada “primera vía ecológica del país”.
Estos módulos o paneles fotovoltaicos fueron instalados para generar electricidad mediante la energía del sol. Sin embargo, esto solo fue posible hasta el año pasado cuando tímidamente los delincuentes comenzaron a derribar los postes para hurtar la placa que contiene las celdas donde se produce la conversión que genera la corriente. En la actualidad más de la mitad de este dispositivo ya no se encuentra o no funciona.
La falta de patrullaje policial en la zona, sobre todo en horas nocturnas, se hace cómplice de los vándalos que intensificaron en estas últimas semanas sus fechorías. Aunque permanentemente hay una unidad del Plan social Barrio Nuevo Tricolor en los primeros kilómetros, los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y Policía Nacional Bolivariana (PNB) solo colocan sus alcabalas o puntos de control en la entrada o al final de la vialidad. Los conductores aseguran que estos no transitan la solitaria zona ni se ven después de las 8 de la noche.
Al ver lo que queda del moderno sistema de iluminación de la “primera carretera ecológica del país”, el temor entre los habitantes de las comunidades de El Naranjal, Hierbabuena, La Peña y Araguaney se acrecienta por los hechos de inseguridad que se han registrado en la zona, tales como: vehículos abandonados, robos en el transporte público, tiroteos, entre otros.
El hecho ha sido denunciado reiteradamente por habitantes de la zona a través de las redes sociales y ante las propias autoridades que solo esta semana han hecho acto de presencia para promover campaña electoral.
Nota de prensa