Golden State Warriors perdió en los tableros, pero ganó el partido y niveló la serie, el jueves
La habilidad y la condición atlética que exhiben muchos jugadores suelen desvirtúan aquello de que el baloncesto “lo juegan los pequeños pero lo ganan los grandes”. O el más antiguo de “en los tableros se ganan los partidos”. Volvió a demostrarlo Golden State, con la apuesta de su DT Steve Kerr con un cuadro abridor de menor estatura que fue capaz de frenar a Cleveland y a LeBron James para ganar el cuarto encuentro de la final de la NBA y recuperar la ventaja de campo para el quinto, a realizarse mañana en sus predios de Oakland.
Kerr apeló a Andre Iguodola, versátil y experimentado jugador, en vez del gigante Andre Bogut, para unirse a Stephen Curry, Klay Thompson, Daymond Green y Harrison Barnes. Y los Cavs sí, ganaron el duelo en los tableros (46 rebotes por 44, 16 ofensivos, y 46 puntos por 36 en la pintura), pero los Warriors, que manejaron mejor el balón esta vez (7 pérdidas, 3 en el último cuarto) sumaron 24 asistencias y llevaron el pulso del encuentro para, al final, imponerse 103-82. Un marcador engañoso pues –precisamente por su fuerza bajo los aros- el rival logró acercarse a dos puntos antes de desinflarse.
Quedó en evidencia, entonces, un detalle esperado: tan humanos como cualquiera, los principales jugadores de Cleveland acusaron el esfuerzo de los partidos anteriores, en particular LeBron James y Mathew Dellavedova, una combinación que ha venido siendo determinante. El primero, que sufrió un corte en la cabeza al irse contra una cámara tras falta de Bogut, siguió en cancha pero desde el principio –a pesar de un pase de despaldas en equívoco comienzo 7-0-, bajó su puntuación a la mitad, 20, con 12 rebotes y 8 asistencias. Y además jugó 40 minutos. Que no es poca cosa, pero insuficiente ante el recuperado adversario. En cuanto al australiano, que anduvo de hospital por deshidratación y calambres, debió ser sustituido varias veces y su desempeño fue menos eficaz, en lo ofensivo fallando 11 de 14 lanzamientos.
La rotación de Golden State, con Livingston, Lee, Barbosa y Bogut (destacaron especialmente los dos primeros) fue demoliendo a un quinteto que apenas funcionaba con dos cambios. Y el postrer esfuerzo para llegar 2 puntos debajo (cuando el rival falló varios tiros cómodos y perdió 4 posesiones) liquidó las posibilidades para que, al final, el juego terminara con 10 reservas en cancha. Los Warriors dominaron 31-24 el cuarto inicial, 23-18 el segundo, cayeron 22-28 en el tercero y remataron 27-12.
Iguodola, certero a distancia (4 triples), clavando en quiebres (materializaron 11, por 2) y de media, así como asumiendo la responsabilidad principal en la marca de James, fue figura y sumó 22 puntos, los mismos de un Curry (7-4 en triples y 6 asistencias) que eligió mejor sus tiros y volvió a liderar, Green metió 17 y Lee 9, con 5 rebotes, en 15 minutos). El equipo mejoró su porcentajes de tiro, lanzando 46.8, 40 y 70.4.
Por Cleveland, Mozgov logró su cifra tope, 28 puntos, y agregó 10 rebotes, Thompson 12 y 13 (4 jugadores bajaron 42 de los 46 rebotes), mientras Smith apenas colaba 2 de 12 intentos de triple de un colectivo que, a distancia, se quedó en 14.8%: 27-4, y en lo global lanzó para 33 %..
Con la serie 2-2, da la impresión de que si se alarga será un calvario para los de Cleveland. Y les toca mañana el quinto (el que llaman “punto de inflexión”), en el bullicio de Oracle Arena, donde sería también el séptimo. Es decir, los Warriors han recuperado favoritismo. Y a ver hasta dónde puede variarlo LeBron.
Armando Naranjo
donarmandonaranjo@gmail.com
@DonArmandoN