En la autopista Francisco Fajardo, a la altura del distribuidor Mamera, sentido Caricuao, fueron hallados la madrugada de ayer los cadáveres de Alonso Posada Linares, de 27 años y Andreina Sosa Briceño, de 23 años de edad, alguaciles del Palacios de Justicia, cada uno con heridas de bala en la cabeza.
El hallazgo se produjo cerca de la 1:00 a.m. Ninguna de las víctimas estaba identificada, pero se maneja extraoficialmente que fueron llevados hasta ese lugar en un vehículo del que los bajaron para asesinarlos. Más tarde se conoció que fueron despojados de una camioneta Tigo.
Hasta el mediodía de ayer ningún familiar había acudido a reclamar los cuerpos, ni identificar a las víctimas. Entre este viernes y la mañana de ayer, 27 cadáveres fueron ingresados a la morgue de Bello Monte. En lo que a del mes de junio la cifra alcanza las 161 víctimas.
Crimen en Propatria
A Leonardo Javier Guédez, de 24 años lo mataron en la segunda terraza del barrio Mario Briceño Iragorri, en Brisas de Propatria, a las 9:30 de la noche del sábado. Estaba en un grupo de amigos con su esposa, llegaron dos delincuentes que sin mediar palabras dispararon contra un hombre que estaba con ellos, pero el proyectil solo lo rozó y este corrió.
Cuando su objetivo escapó, los mismos antisociales le dieron un disparo a Guedez en el oído que le ocasionó la muerte.
El hombre trabajaba con un primo en una empresa de audio e iluminación, pero también en cualquier otro empleo de cristalería o albañilería, según ameritaba la ocasión.
Este es el cuarto hijo de Francisco Guedez, asesinado desde el 2003, cuando fue ultimado Francisco Javier Guedez, de 19 años. Luego le mataron a William Junior Guedez, dos meses y medio después. En el 2010, murió a manos de la delincuencia el tercero de los hermanos, Franklin Gregorio Guedez, de 22 años.
El padre dijo que no ha habido justicia por la muerte de sus tres primeros hijos, pero que algunos responsables han muerto en enfrentamientos entre delincuentes. «Si matan al hijo de un ministro o de un alcalde, rápidamente dan con el paradero de los autores del hecho, mientras que los homicidios de la gente pobre se quedan así», comentó.
AA