“El juez debe interpretar la voluntad de la ley” (La ley y el delito: Luis Jiménez de Asúa-1945).
Cesáreo José Espinal Vásquez—cjev@cantv.net
En la primera clase de Introducción al Derecho dictada por el Dr. Arístides Calvani, de la carrera de abogacía en la UCV, nos explicaba: “Si le preguntáramos a un lego que entiende por ley, nos diría, que ley es el ladrón que huye y el policía que lo persigue”, nos decía “lex et lex, sin acomodos”. Muchos acontecimientos se han producido en nuestro país por diversas causas y distintos efectos, “acomodados”. El miércoles Santo del 9 de abril de 1952, ocurrió un lamentable incidente en la Basílica de Santa Teresa, cuando se veneraba el Nazareno, alguien grito “incendio” y se produjo una estampida tratando de salir de la Iglesia que causó más de 50 fallecidos y más de 150 heridos. La policía política de ese tiempo, declaró que tal hecho fue provocado por Acción Democrática contra el Coronel Pérez Jimenez. Fueron muchos los detenidos y se aclaró que no fue cierta esa aseveración. El país fue invadido por las playas de Machurucuto, en una expedición preparaba por Fidel Castro para derrocar al Presidente Rómulo Betancourt, quien fue objeto de magnicidio y de muchos alzamientos. Vivimos 40 años, desde 1958 a 1998, en el llamado “pacto de punto fijo”. Y hubo, la pacificación. Comenzando el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, se produjo la estampida llamada “el caracazo”, sin líderes, ni consignas políticas marxista, fue y es lamentable por causas de “saqueos” y hubo muertos y heridos y se ha inculpado al gobierno, sin analizar debidamente la voluntad de la ley. El 4 de febrero de 1992, fue frustrado el golpe de Estado e intento de magnicidio, iniciado por rebelión militar y los autores responsables y confesos, fueron apresados y posteriormente liberados aplicándoseles la justicia militar de rebelión y habiendo causado muertes, heridos, destrucción de construcciones públicas, les fue sobreseída su causa y no se les imputó por la ley penal ordinaria sino la ley militar. El 11 de abril de 2002, una gran manifestación le causó desasosiego al Presidente Chávez e inventó su renuncia y golpe de Estado, ya en libertad, re-asumió el poder y los Comisarios de policías y subalternos fueron imputados de “golpistas”. Hoy están “presos políticos” líderes de la oposición imputados de la muerte de 43 personas, de heridos, actos conspirativos, etc., en un proceso kafkaniano, cuando a los gobiernos no se derroca con papelillos, solo por vía constitucional o por acción militar como pretendió Chávez. El país le pide al Presidente Maduro, en beneficio de la paz, la amnistía de todos los presos políticos, para poder atestiguar al mundo que se vive en un Estado de Derecho Justo y en beneficio de la justicia, de la ley y el delito.