El enfrentamiento armado en el que murió José Amín Hernández, responsable del frente de guerra Darío Ramírez Castro del Ejército de Liberación Nacional, se registró en zona rural del municipio de Segovia, en el departamento de Antioquia
Un comandante del segundo grupo guerrillero de Colombia murió el domingo en un combate con tropas del Ejército en una zona selvática del noroeste del país, un golpe contra el movimiento rebelde que hasta ahora había mantenido intacta su línea de mando pese a la ofensiva militar en su contra, dijo el Gobierno.
El enfrentamiento armado en el que murió José Amín Hernández, alias «Marquitos», comandante del frente de guerra Darío Ramírez Castro del Ejército de Liberación Nacional (ELN), se registró en zona rural del municipio de Segovia, en el departamento de Antioquia.
«Abatido alias Marquitos, cabecilla del frente de guerra Darío Martínez y miembro dirección nacional del ELN. Felicitaciones Fuerzas Armadas», dijo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en su cuenta de Twitter, reseñó la agencia de noticias Reuters.
El líder guerrillero que murió tenía a su mando 13 estructuras que operan en los departamentos de Antioquia y Bolívar, una zona estratégica para el tráfico de armas, de drogas y la minería ilegal, de acuerdo con el Ejército.
El ELN mantiene desde hace 17 meses contactos exploratorios con el Gobierno de Santos con los que se buscan iniciar una negociación de paz similar a la que avanza en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para poner fin al conflicto que ha dejado más de 220.000 muertos.
El ELN, que nació en 1964 inspirado por la revolución cubana y tuvo en sus filas a sacerdotes católicos radicales que se sumaron a la lucha por imponer un sistema socialista, ya había mantenido contactos exploratorios con el Gobierno para superar el conflicto en el 2002 y el 2007, pero no prosperaron.
Actualmente esa guerrilla todavía se enfrenta con las Fuerzas Armadas en las selvas colombianas y lanza ataques contra la infraestructura productiva, a pesar de que la ofensiva militar ha reducido sus filas a unos 2.000 combatientes.
El ELN es acusado de financiarse con secuestros, la extorsión a multinacionales petroleras y mineras, y con el narcotráfico.
A diferencia de las FARC, los principales comandantes del ELN han sobrevivido a una ofensiva militar y permanecen en la clandestinidad.