Sazonar las comidas con ingredientes naturales es una tarea difícil para los tachirenses, ya que algunas especies aumentan de precios semanalmente y no dan tregua al bolsillo de las familias, que siguen padeciendo los rigores del aumento desenfrenado de los alimentos. Una de las plantas que no cesa de incrementar es el ajo, cuyo precio por kilo alcanzó esta semana los 1.000 bolívares, así lo reseña La Nación.
De acuerdo con algunos comerciantes del casco central de la ciudad de San Cristóbal el ajo se ha disparado en más de 500 % desde inicios de año, ya que en enero su costo oscilaba entre 150 y 200 bolívares, y ahora se consigue por encima de los 1.000 bolívares, de manera que una cabeza de ajo tiene un costo promedio de Bs. 200 y si es pelado es más costoso: una bolsita pequeña puede llegar a valer hasta 150 bolívares.
“La misma inflación ha llevado a que se produzca este incremento y además para producir el producto se utiliza un químico que es muy costoso. Por ello, al igual que otros rubros la cosecha de ajo se ve afectada por la falta de agroquímicos, fertilizantes y fungicidas, que no llegan al campo y si se consiguen es con sobreprecio. Todo eso influye en el costo final”, dijo José Camargo.
Y es que las frutas y hortalizas no escapan de esa realidad que ha alertado durante los últimos meses Fedeagro, así como los productores en cada región del país. La situación es similar en cuanto a producción y costos, de allí que la mayoría de productos se ubiquen por encima de los 100 bolívares el kilo con tendencia a seguir subiendo.
“Los incrementos se deben a que las semillas para cultivar la cosecha son muy costosas porque son importadas y que los fertilizantes están escasos” agregó el vendedor, como explicación que le brindan sus proveedores. De manera que cuando llegue la temporada de lluvias todo aumentará aún más, ya que se inundan las plantaciones y se pierde gran parte de la siembra.
No obstante, para los consumidores la triste realidad es que deben prescindir de la compra de algunos productos porque el presupuesto no les alcanza para cubrir toda la canasta alimentaria. “Todas las semanas suben los productos, y uno no puede hacer nada más allá de pasar de largo y no llevar tal o cual cosa. Nos estamos alimentando mal, porque no tenemos una dieta balanceada, aquí toca comer para lo que alcance”, dijo Beatriz Sierra.
Igualmente Carmenza Linares cuestionó que algunas personas se aprovechan de la crisis para generar especulación. “Es verdad que estamos pasando por una situación económica complicada, pero algunos comerciantes también se aprovechan e incrementan más los costos. Al igual que pasa con el dólar paralelo a quien le achacan la responsabilidad por el elevado precio del calzado, bolsos, ropa, maquillaje, electrodomésticos y afines”.
Para María Gabriela García aunque el ajo no es considerado un producto de primera necesidad, es prácticamente indispensable al momento de cocinar. Sin embargo, los altos costos han limitado su compra. “Tan saludable que es el ajo para el organismo, en especial para el corazón, pero ya ni de forma natural puedes cuidar a tu familia”.
Entretanto los precios en el mercado venezolano siguen con tendencia al alza y las familias comprando cada vez menos, e incluso prescindiendo de algunos alimentos, y pagando cada vez más.
Fuente: La Nación