El Centro de Recuperación de Fauna del Cabildo de Gran Canaria ha logrado reproducir por segunda vez en cautividad al guirre, uno de los emblemas de las islas, con una técnica que cada vez está más cerca de contribuir al rescate de esta especie, en peligro de extinción.
La población de esta variedad de alimoche, exclusiva de Canarias, se reduce hoy a unos 270 ejemplares, asentados en Fuerteventura y también, aunque en menor medida, en Lanzarote, pero las crónicas de los naturalistas atestiguan que su silueta era una imagen común en los cielos de todas las islas orientales hasta hace solo 50 años.
De Gran Canaria, los guirres desaparecieron en los años ochenta, pero esta isla ha seguido desempeñado un notable papel para la supervivencia de la especie, prestando cuidados veterinarios a numerosos ejemplares encontrados en Fuerteventura con todo tipo de lesiones e intoxicaciones, y devolviéndolos a la naturaleza.