El senador brasileño Roberto Requiao, que encabeza una misión de parlamentarios afines al gobierno de su país para ayudar a la distensión política de Venezuela, desestimó las denuncias de «agresión» que una primera misión del Legislativo de Brasil sufrió la semana pasada y que evitó su llegada a Caracas.
«La agresión de la que hablaron no tuvo la posibilidad de ser demostrada en vídeos ni fotos. La agresión no me parece que se haya concretado en la forma como la prensa anunció», declaró Requiao a los periodistas en la sede del partido Voluntad Popular (VP) que lidera el encarcelado líder opositor venezolano Leopoldo López.
El gobierno de Venezuela negó haber obstaculizado la visita de la primera misión de senadores, mientras que miembros del partido de López pidieron a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pronunciarse sobre la «agresión».
El primer grupo de parlamentarios brasileños que visitó Venezuela hace una semana denunció que durante el trayecto hacia Caracas varias personas, supuestamente partidarios del gobierno, golpearon el autobús en el que se trasladaban para tratar de visitar a López y a otros opositores detenidos.
Ante la imposibilidad de llegar a la capital por el colapso de la autopista, la delegación encabezada por el excandidato presidencial Aécio Neves, optó por regresar a su país, ya que, según este, no recibieron por parte del gobierno venezolano «garantías mínimas de seguridad».
El gobierno venezolano negó este extremo y aseguró que el viaje de los senadores opositores tuvo como «único propósito» el de «desestabilizar la democracia venezolana y generar confusión y conflicto entre países hermanos».
Brasilia convocó a la embajadora venezolana en ese país fronterizo y pidió «esclarecimientos» a la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, en tanto que el Parlamento decidió enviar la nueva misión que encabeza Requiao.
La misión de Neves al parecer llegó a Caracas «en una mala hora», añadió Requiao tras subrayar que las veces que él visitó Venezuela en el pasado jamás tuvo «ningún problema; ni ahora ni nunca».
Previamente a su reunión con los dirigentes del partido del detenido López, encarcelado por hechos de violencia que se le achacan y que el año pasado levantaron una oleada de protestas antigubernamentales que dejaron un saldo de 43 muertos, Requiao y otros miembros de su misión se reunieron con familiares de las víctimas fatales.
«En principio, en Brasil estamos en contra de la prisión de cualquier partícipe del proceso político», dijo Requiao al anunciar que próximamente se reunirá con otros líderes opositores venezolanos, entre ellos el excandidato presidencial Henrique Capriles, así como autoridades del Parlamento, Poder Judicial y el Ministerio Público y otros.
«Hemos venido a Venezuela a hablar con unos y con otros, esperando poder colaborar con la democracia y el diálogo con diversos grupos de la política de Venezuela» y en una primera jornada «hemos visto una misma posición» en ambos sectores en relación a reclamar «el fin de la violencia y el castigo a las agresiones, de todos lados», añadió.
«No tomamos partido en nuestra visita. Personalmente tenemos posiciones políticas, pero acá estamos representando al Senado que nos ha enviado a Venezuela (…); no hemos venido a hacer un espectáculo político para influir en las elecciones de Venezuela o en el Gobierno de nuestro país. Hemos venido a escuchar para intentar colaborar», insistió.
EFE