Una misión de senadores brasileños, encabezada por aliados de la presidenta Dilma Rousseff, ofreció este jueves apoyo a los diversos sectores políticos para propiciar un diálogo en Venezuela, y anunció el posible acompañamiento de Brasil en las elecciones parlamentarias de diciembre.
Dejando a un lado las fricciones que surgieron la semana pasada tras la visita de una delegación de senadores brasileños, la nueva misión se mostró este jueves dispuesta a «colaborar con la democracia y el diálogo entre los diversos grupos de la política», afirmó el senador Roberto Requião, del Partido del Movimiento Democrático Brasileiro.
«No hemos venido a hacer un espectáculo político para influenciar las elecciones de Venezuela o la posición del gobierno de nuestro país», dijo Requião a la prensa a la salida de un encuentro de unas dos horas que sostuvo la misión con las esposas de algunos opositores encarcelados y miembros del partido Voluntad Popular que dirige el líder detenido Leopoldo López.
Al ser preguntado sobre los inconvenientes que enfrentaron sus colegas para cumplir la semana pasada su agenda en Venezuela, Requião comentó que vinieron en una «mala hora».
El líder del grupo, el senador Lindbergh Farias del gobernante Partido de los Trabajadores, dijo a The Associated Press que el Senado de Brasil espera conformar una comisión unitaria de congresistas aliados al gobierno y opositores para venir a Venezuela durante los comicios parlamentarios. «Queremos acompañar todo el proceso», señaló Farías al asegurar que confían en que el gobierno venezolano dará el permiso a los brasileños para observar las elecciones del 6 de diciembre.
La visita de esta delegación se da una semana después de que otro grupo de senadores brasileños viajó al país para reunirse con opositores venezolanos y visitar en la cárcel a dirigentes encarcelados, pero no pudo cumplir su agenda debido a un fuerte congestionamiento de vehículos que le impidió acceder a Caracas.
Farías se distanció de la anterior delegación brasileña, que encabezó el líder opositor y excandidato presidencial Aécio Neves, y dijo que ejerció un «papel incendiario» al no haber buscado equilibrar la agenda.
Neves defendió el viaje como una misión oficial de la Cámara del Senado que fue realizada de forma correcta.