Madres marabinas protestaron por los altos costos de los uniformes y útiles escolares de cara al nuevo año escolar. Expresaron que “es inconcebible que hasta para que los niños asistan a la escuela los padres deben pagar un realero para poder comprar los uniformes y los zapatos”.
Isabel Bracho, coordinadora de Justicia Familiar en Maracaibo, explicó que para el año 2012 el costo del uniforme rondaba los mil 300 bolívares, sin embargo, para este año implica el gasto de 19 mil 920 bolívares que la gran mayoría de los venezolanos no podrían costear por el bajo poder adquisitivo que han causado las malas políticas económicas del Gobierno nacional.
“Los venezolanos tenemos dos alternativas, comemos o reusamos los uniformes porque el salario y la inflación no nos permiten costear las dos necesidades a la vez”.
Aseguró que todos los años incrementan los costos de los uniformes y útiles escolares, pero esta vez ha sido peor. “Ya la creatividad no nos da para seguir buscando alternativas y conseguir el dinero para poder comprarles los uniformes a los niños, vamos a tener que mandarlos al colegio con los uniformes viejos. El Gobierno nacional tiene 15 años jactándose en decir que la educación ha sido una de las banderas más exitosas de la revolución, cuando la realidad es que nuestros niños tendrán que ir vestidos de pobreza a sus escuelas por los altos costos de los materiales y uniformes”.
Norys Soto, dirigente de Primero Justicia, criticó la falta de atención del Gobierno nacional en esta materia. Además de rechazar los altos costos de los uniformes y útiles, denunció un porcentaje alto de desabastecimiento en estos rubros al punto de que “la Asociación Venezolana de Papeleras instó a los colegios a sincerar las listas escolares ya que se cuenta con sólo un 30 por ciento de disponibilidad para cubrir la demanda nacional y los nuevos pedidos estarían llegando más o menos en el mes de octubre cuando ya haya comenzado el año escolar”.
Apuntó Soto, que esta “es una estrategia del Gobierno que seguramente inventará una nueva medida populista o feria escolar con precios regulados para mantener a los padres ocupados en una cola como en los supermercados. Llegará el momento en el que tendremos que decidir si comprarle el uniforme a los niños o comprar comida”.