Mientras el PSUV se dispone a consultar a la población venezolana, en su conjunto, no sólo a sus militantes, en torno a la selección de sus candidatos, por circuito, ensayo democrático sin parangón en el país, y tal vez en el mundo, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) acaba de presentar, por fin, una lista parcial, chucuta, de sus candidatos, escogidos por la vía tradicional de la cogollocracia venezolana
Este domingo se realizan las consultas internas del PSUV para la escogencia de los candidatos a Diputados de la Asamblea Nacional en las elecciones, que se llevarán a efecto el próximo 6 de diciembre, según lo pautado por el Poder Electoral Nacional.
Ceguera opositora
Mientras el PSUV se dispone a consultar a la población venezolana, en su conjunto, no sólo a sus militantes, en torno a la selección de sus candidatos, por circuito, ensayo democrático sin parangón en el país, y tal vez en el mundo, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) acaba de presentar, por fin, una lista parcial, chucuta, de sus candidatos, escogidos por la vía tradicional de la cogollocracia venezolana; después de más de 40 días en que realizaron su parodia de consulta, aún no logran ponerse de acuerdo los cogollos opositores para dilucidar, finalmente, quienes serán sus candidatos en las elecciones parlamentarias; empeñados como están en masajearse el ombligo no terminan de percatarse de los cambios que pronunciadamente se vienen operando en la cultura política del pueblo venezolano, cambios que exigen una nueva manera de concebir las relaciones políticas entre los venezolanos y venezolanas.
Siendo que esta ceguera opositora ocurre, precisamente, cuando el bravo pueblo, el pueblo de a pie, da un salto gigantesco en su visibilización como sujeto político, consciente y actuante, al llevar con general fervor y devoción los restos simbólicos del prócer Pedro Camejo, Negro Primero, al Panteón Nacional; hecho social y cultural que expresa la nueva cosmovisión que se ha venido perfilando en nuestro país con el surgimiento del fenómeno chavista en la sociedad venezolana: un pueblo mestizo, la “raza cósmica” de la que nos hablaba el Libertador Simón Bolívar, pugnando y exigiendo por sus derechos luego de tenerlos conculcados por doscientos años. La presencia simbólica del Negro Primero, como ya está Guaicaipuro, en el Templo donde los venezolanos honran a sus Héroes es altamente denotativa del cambio de época, de los nuevos tiempos, que signan la vida del país.
Pero esto no lo entiende la mentada MUD; por su contumacia ceguera está empeñada en permanecer de espaldas al sentir de las mayorías nacionales, tendencia en la que persiste regodearse desde hace 17 años.
Vientos de cambio
El PSUV, por su parte, se alista de cara al país para seleccionar sus candidatos, que serán complementados con los refuerzos del Gran Polo Patriótico, para librar la batalla por la Asamblea Nacional, con la certeza de que sabrá librarla exitosamente, tal cual, como ha ocurrido con las 18 de las 19 contiendas precedentes.
Batalla política que, ciertamente, se está desarrollando en el marco de una compleja situación caracterizada, por una parte, por el tira y encoge de la estrategia imperialista en la que al mismo tiempo que ejerce una amenazante y pronunciada presión desestabilizadora (en lo económico, lo psicológico, lo mediático, con la violencia inducida por la vía del paramilitarismo, etc.), utilizando un modelo ya ensayado en otras latitudes, emplea, por otra parte, la vía diplomática con enviados especiales para contemporizar con el gobierno nacional, ni más ni menos una versión moderna de la vieja política de la “zanahoria y el garrote” , recurrentemente, ejercitada por el imperialismo estadounidense, durante el siglo veinte, en nuestro hemisferio.
Pueblo no se subleva
Conscientes estamos de la capacidad de la dirección política del proceso bolivariano, formada bajo la guiatura del Comandante Chávez, para capear vendavales en aguas procelosas y mantener el rumbo estratégico trazado; y más convencidos estamos, aún, de la férrea y consciente disposición de nuestro pueblo de resistir los embates de la canalla opositora por más atosigante que pudiesen parecer; siendo esto lo que explica el por qué nuestro pueblo, a pesar, de la angustiante campaña de desabastecimiento y alza desmedida de precios auspiciada por la desnacionalizada y lacayuna burguesía comercial, no se subleva; la ultra derecha opositora, promotora de salidas fascistas e insurreccionales, causantes de muertes y desasosiego, se ha quedado y se quedará con los crespos hechos, sus cálculos atolondrados y tremendistas en nada se corresponden con los sentimientos de adhesión del pueblo a la Revolución Bolivariana.
Y esta aseveración será confirmada este domingo 28 de junio cuando el pueblo venezolano, asumiendo su condición de sujeto político revolucionario, saldrá a votar para escoger sus candidatos a la Asamblea Nacional en los 87 circuitos que configuran la demarcación electoral del país y, de esta manera, confirmar su identidad con el Proyecto de País concebido y liderado por el Comandante Chávez, ahora, conducido por el Presidente Trabajador, Nicolás Maduro; voluntad de fidelidad del pueblo que no obsta, por cierto, para que mantenga, así mismo, una postura crítica frente a los errores y vicios que de, alguna manera, se manifiestan en ciertos espacios del gobierno y de la estructura partidista. Postura crítica, sí, pero al mismo tiempo posición firme y consecuente con el legado de Chávez que es garantía de redención social y de avance hacia una sociedad superior.
Excelentes candidatos
En el caso concreto del estado Miranda hay toda una pléyade de excelentes candidatos y candidatas, cualquiera de ellos y ellas son garantía de compromiso militante y de vocación de servicios con el pueblo, entre los que destacan dirigentes de la talla de Elías Jaua (Circuito 6), Blanca Eekout (Circuito 4), William Ojeda (Circuito 3), Erika Ortega (Circuito 1). Y en cuanto al Circuito 2 que es donde me corresponde sufragar lo haré por el compatriota Federico Melo, consecuente luchador social, buen vecino y excelente profesional de la comunicación antihegemónica. Todos con el aval suficiente para desarrollar una eficiente gestión parlamentaria y enfrentar desde esa gran tribuna, que es la Asamblea Nacional, los exabruptos de una oposición antipatriótica que no termina de encontrarse con el país
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Miguel Ugas