Hoy somos más dependientes que nunca de los extranjeros; PDVSA está quebrada y endeudada con los chinos y rusos. Solo producimos petróleo, nada más, hace tiempo que dejamos de producir comida, por eso se vende menos y se consume menos
Guido Bolívar
Primer strike. Hace pocos días el Vicepresidente Jorge Arreaza, recibió un reconocimiento especial de la FAO por el hecho de que el gobierno de Venezuela logró reducir el número de personas que padecen de hambre. El premio del Centro de Investigaciones Agroalimentarias tuvo como efecto inmediato, que lejos de subirle los puntos al gobierno, lo que hizo fue plantear de nuevo el tema de la crisis económica, donde se cuestionan hasta los logros de los gobiernos del presidente Hugo Chávez.
El segundo strike, lo recibió el gobierno de Maduro en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, cuando una calificada delegación, rendía cuenta a expertos de ese organismo resultando ponchados al no saber responder ¿Por qué en Venezuela, no hay maíz para las arepas? Recordemos la investigación realizada el año pasado en la UCV, USB y la UCAB, sobre las condiciones de vida de los venezolanos. En esta encuesta se encontró que la pobreza en Venezuela alcanzó casi el 50% de los hogares. También reveló que el 11.3 % de la población come una o dos veces al día y el porcentaje sube a un 39 % en los estratos más bajos.
A estos resultados hay que sumarle que tenemos la inflación más alta del mundo, con una espiral inflacionaria entre 140% y 160% (bola alta). El juego de hambre que está perdiendo el gobierno es preocupante, si tomamos en cuenta que no está garantizada en el país la seguridad alimentaria. Venezuela tiene compromisos económicos para los próximos meses, uno de ellos, es hacer pagos por concepto de deuda externa, de aproximadamente 11.200 millones de dólares, lo que se traduce en menos divisas para importar alimentos.
Hoy somos más dependientes que nunca de los extranjeros; PDVSA está quebrada y endeudada con los chinos y rusos. Solo producimos petróleo, nada más, hace tiempo que dejamos de producir comida, por eso se vende menos y se consume menos, lo que trae como consecuencia aumento en las “colas” ante la escasez de alimentos, sin poder comprar lo que queremos. ¿Qué vamos a comer? (bola altísima).
Mientras la crisis aumenta, el gobierno se defiende solicitando créditos adicionales para cubrir su déficit, alegando todo el tiempo que se trata de una guerra económica, que de seguir así, acabará con la ciudadanía de la clase media, convirtiéndonos en nuevos pobres, o media clase (bola baja).
Para la mayoría de las personas, la “guerre aeconómica” es la consecuencia de querer imitar el modelo cubano, que después de 56 años de revolución, deja como consecuencia 2 clases sociales: la alta, representada por los jerarcas del poder, y la baja, por el pueblo. La clase media no existe en Cuba. A esta altura del candeloso juego (3 a 2) debemos hacer algo para evitar el tercer strike para que no siga aumentando la pobreza que también afectará a los seguidores del proceso socialista.