Sweat fue detenido en la ciudad de Constable, en el norte del estado de Nueva York, muy cerca de la frontera con Canadá, tras ser herido de bala, en dos ocasiones, según una de las fuentes involucradas en el operativo de búsqueda.
Fue llevado al Centro Médico Alice Hyde, de la ciudad de Malone, para ser atendido. Más tarde fue trasladado al Albany Medical Center, donde se encontraba en condición crítica, según Dennis McKenna, director médico del centro. Sweat, quien estaba desarmado, fue golpeado dos veces en el torso.
Más de 1.300 policías le seguían el rastro desde que, hace tres semanas, cuando se fugó junto a Richard Matt, quien fue abatido el viernes.
«La pesadilla ha terminado», dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. «Desearíamos que no sucediera en el primer lugar. Pero si esto tiene te que ocurrir, así es como quieres que termine».
Ningún policía resultó herido en el operativo.
Poco antes de su recaptura, Kevin Mulverhill, alguacil del condado Franklin, dijo de Sweat: «está cansado, está fatigado. Tiene hambre y va a cometer algún error».
El viernes, Matt fue abatido por las autoridades. Murió por heridas de bala en la cabeza, según un comunicado. Tenía «picaduras de insectos en las extremidades inferiores, ampollas y abrasiones menores consistentes con vivir en el bosque durante tres semanas», agrega el comunicado de la policía de Nueva York.
Richard Matt, de 48 años, y David Sweat, de 34 años, se fugaron del penal de Dannemora, Nueva York, el 6 de junio.
Sweat fue sentenciado por asesinato en primer grado por la muerte del alguacil del condado de Broome, el 4 de julio de 2002, señaló la policía de Nueva York.
Matt cumplía 25 años de cárcel. Fue declarado culpable de tres cargos de asesinato, tres de secuestro y dos cargos de robo después de que privara de la libertad a un hombre y lo golpeara hasta la muerte en diciembre de 1997.
La investigación
Con la persecución ya terminada, las autoridades pueden tener toda su atención en descubrir cómo Matt y Sweat escaparon de la prisión.
Matt y Sweat, quienes vivían en celdas adyacentes, aparentemente usaron herramientas eléctricas para cortar a través de un muro de concreto y acero en el Centro Correccional Clinton en Dannemora, Nueva York, dijeron las autoridades.
Después de cortar a través de los muros de acero de sus celdas, los dos siguieron un pasadizo que los llevaba hacia un elaborado laberinto de tuberías, luego hacia una serie de túneles y salieron de allí por una tapa de alcantarilla.
Los dos hombres dejaron solamente un mensaje durante su fuga; una nota amarilla sobre un tubo en la que se lee «¡Qué tengan un lindo día!».
En los últimos días se estableció que Joyce Mitchell, empleada del centro carcelario, fue pieza fundamental de esta fuga al poner hojas de sierra para metales en las hamburguesas congeladas de los presos.
Mitchell luego le pidió a Gene Palmer, un guardia de la prisión, llevar la carne al Centro Correccional Clinton y dársela a Richard Matt, dijo un funcionario policial.
Palmer no pasó la carne por el detector de metales, una violación de la política de la cárcel.