Todo comenzó el 3 de octubre de 2012 cuando la modelo Lauren Wasser se levantó a trabajar como cualquier otro día, sin embargo se encontraba en su periodo y decidió ponerse un tampón.
Al cabo de pocas horas de usarlo, se sintió mal, con síntomas de gripe, y se retiró temprano del trabajo a dormir.
Al día siguiente la modelo se encontraba en cama con 41 grados de fiebre, un infarto y varios órganos afectados debido a una infección bacteriana producida por el uso de tampones.
La infección de Lauren se complicó provocándole gangrena en algunos dedos de la mano y las piernas. Los doctores tuvieron que amputarle parte de su pierna derecha para salvarle la vida.
“Quería suicidarme cuando llegué a casa. De repente, no tenía una pierna, estaba en una silla de ruedas, tenía la mitad de un pie, ni siquiera podía caminar hasta el baño. Estaba en una cama, no me podía mover, y me sentía en esas cuatro paredes como en una prisión” relató Lauren a la prensa.
Gracias a esta noticia se conoció que el uso de tampones puede generar un efecto llamado “síndrome de shock tóxico”, pero únicamente si la persona es portadora del estafilococo ocasionador.
Hoy en día la modelo sigue practicando su profesión, sin embargo, ahora para concientizar a las mujeres sobre lo peligroso que puede ser el uso de los tampones.
Todo parece indicar que el problema es por el material del que están hechos los tampones, es por ello que varias marcas han cambiado el algodón por materiales sintéticos, para evitar el cultivo de esta bacteria.