Siguiendo los pasos de sus mentores castristas, el régimen bolivariano de Venezuela ha emprendido su propio proceso de acercamiento con Estados Unidos y contempla anunciar próximamente una serie de concesiones para tratar de congraciarse con Washington, incluyendo la liberación de algunos presos políticos, dijeron fuentes cercanas a la situación.
Entre las personas que podrían ser liberadas se encuentra el opositor Leopoldo López. No obstante, se desconoce si el dirigente del partido Voluntad Popular estaría dispuesto a aceptar la medida de arresto domiciliario, que le permitiría salir de la prisión en la que se encuentra a cambio de mantenerse incomunicado en su casa.
Las fuentes consultadas dijeron que el régimen de Nicolás Maduro espera realizar los anuncios durante la visita esta semana del influyente senador estadounidense Robert Corker, quien habría adelantado su viaje a Caracas.
Corker, quien preside el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, también tiene en sus planes reunirse con varios opositores, incluyendo la diputada María Corina Machado.
En una carta enviada a Corker la semana pasada, Machado le recomendó que no dejara que el régimen controlara la totalidad de su visita a Venezuela y que se reuniera con dirigentes de la oposición, de los sindicatos y de la sociedad civil para poder tener una visión objetiva de lo que realmente está ocurriendo en el país.
Las fuentes dijeron que la liberación de los presos políticos busca comenzar a reparar la muy deteriorada opinión que Estados Unidos tiene del régimen, tras las denuncias de violaciones a los derechos humanos y las investigaciones de los presuntos nexos de altos líderes del chavismo con el narcotráfico.
“Esta es una agenda para la normalización de las relaciones con el gobierno de Maduro ante todo lo que ha estado ocurriendo en Estados Unidos”, dijo desde Washington Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma de asesores Inter American Trends.
El plan, implementado en Washington a través de una firma de cabildeo, busca contener la situación adversa que se le está generando al régimen bolivariano en Estados Unidos, donde el Congreso aprobó un proyecto de ley para sancionar a chavistas involucrados en violaciones a los derechos humanos y donde fiscales federales investigan a aquellos vinculados con el narcotráfico.
“Se dieron cuenta que ya no tenían nada que ganar manteniendo la pelea con los Estados Unidos, y que por el contrario se estaba volviendo una situación muy peligrosa”, dijo una de las fuentes consultadas que habló bajo condición de anonimato.
“Es allí que deciden que es mejor tratar de hacer las paces y tratar de sacarle el mayor provecho posible a esa relación, que es lo que está haciendo Cuba”, agregó.
Una victoria para el régimen sería conseguir que el Departamento de Estado no amplíe la lista de chavistas sancionados por violar los derechos humanos de los venezolanos.
Un acercamiento también le serviría al régimen de arma para desmoralizar a la oposición venezolana, creando el espejismo de que de alguna manera ya consiguió el respaldo de Estados Unidos.
Pero cualquier expectativa de que el Departamento de Estado o de que el Congreso logre contener las investigaciones federales de funcionarios de alto rango del régimen involucrados con el narcotráfico no es realista, ya que cualquier acto de intromisión con la justicia por parte de un legislador o funcionario gubernamental sería un delito federal.
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