Si el gobierno pretende incluir el tema del Esequibo en la campaña electoral buscando desviar la atención de los grandes problemas del país, tendrá un error de cálculo. Una cosa es el “nacionalismo inducido” y otra “los tres golpes”
Comienza el tema de Guyana a tomar calor. La semana pasada expusimos nuestro punto de vista y finalmente se produjo la alocución presidencial en la Asamblea Nacional. Un largo relato histórico que concluyó con la solicitud del presidente de la República de apoyo para ratificar la soberanía del país sobre la zona en reclamación.
El discurso del presidente fue aceptable por lo delicado del tema y el interés que concita, no sin advertir ciertos excesos verbales que ya forman parte de la poca solemnidad que se observa en la clase política que permanentemente busca semejanzas, no tan afortunadas en la mayoría de los casos, con el presidente Hugo Chávez.
Conclusiones importantes de este episodio, que sin duda fue el primer round de una larga jornada que promete episodios interesantes que pondrán a prueba el liderazgo y la capacidad de comunicar, fue la designación de una comisión de Alto Nivel que se encargará de hacerle seguimiento al delicado asunto, pero el hecho de que la misma esté compuesta solo por personeros afines al gobierno le quita legitimidad porque da la impresión de que se trata de una disputa del gobierno y no del país.
Por otra parte hacemos el exhorto público, so riesgo de que nos llamen comeflor para que el tema no forme parte esencial de la próxima contienda electoral. Utilizar la disputa del Esequibo como un “leiv motiv” de campaña es un sacrilegio, pero no nos asombremos, hemos visto cosas peores.
Ya el ejercicio anunciado por el diputado William Fariñas deja entrever que se utilizará el conflicto para transitar en el carril del populismo y la demagogia. Abrir el debate al pueblo para exacerbar el nacionalismo puede tener un efecto inicial favorable, pero a la larga jamás estará por encima de los llamados tres golpes “desayuno, almuerzo y cena”. Eso es sencillamente, un error de cálculo.
Ya Capriles advirtió sobre el hecho y sus palabras no son susceptibles de que se las lleve el viento porque tienen mucho de lógica al recordar que el presidente fue canciller durante ocho años y no se justifica que sea ahora precisamente cuando se haya acrecentado el interés por defender lo que es nuestro.
Lo que ocurre es que al igual que Obama en su tiempo cuando declaró que Venezuela era una amenaza, ahora David Granger pone en bandeja de plata un tema que con toda seguridad será parte del debate al cual buscará sacar el ventaja el Gran Polo Patriótico en aras de preservar su mayoría circunstancial en la Asamblea Nacional.
La oposición tendrá que hilar muy fino y centrar su estrategia de campaña en los temas que más preocupan al venezolano en este momento, donde sobresale lo económico y la inseguridad, dos lunares a los cuales el gobierno tendrá que dar la cara.
Va a ser difícil que mientras discutimos con Guyana la gente se olvide de que no hay harina pan, pasta, detergente, papel higiénico, medicinas y pare de contar. Además de que cuando estas se consiguen, entonces no hay con qué comprarlo.
Defender el Esequibo es tarea de todos. Pero hay que hacerlo sin falsos efectismos porque ya hemos pagado bien caro toda esa inversión hecha con CARICOM que a la luz de los hechos ha quedado dispersas en acaudaladas aguas del Mar Caribe
Sin límites
¿Cuánto vale un dólar? Esta es una las preguntas más difíciles de contestar en este momento. Lo primero que tiene que hacer es conseguirlo. Y lo segundo es calcularlo. Y luego, si puede, comprarlo.
Para el gobierno vale cerca de 12 y si es por Simadi ronda los 200. Si usted lo busca en la frontera con Colombia probablemente esté cerca de 600 y si tiene suerte algunos “operadores” se lo podrían vender en 400, dependiendo de la cantidad.
La realidad es que la política cambiaria es una tragedia en una economía como la nuestra que está absolutamente dolarizada a causa del manejo de una inadecuada política cambiaria que no ha logrado ser asertiva, pese a los esfuerzos.
En esta misma columna dejamos abierto el beneficio de la duda, pero ni siquiera nos dio tiempo para razonarlo y a la fecha conocemos a muy poca gente que puede hablar de una gestión exitosa en el Simadi.
Peor es ir a un automercado y observar lo enseres totalmente dolarizados.
La realidad es que el dólar en Venezuelá está como “La temperatura”, una célebre canción de los Hermanos Lebrón…“Sube…sube…sube”.
ARENA Y CAL
*** CEBALLOS. La contraloría inhabilitó al exalcalde de San Cristóbal porque no rindió su declaración jurada al ser destituido de sus funciones. Difícil pensar que un preso en las condiciones de Ceballos pudo haber presentado esta solicitud… A veces se ven las costuras.
*** OTROS POLITÍCOS inhabilitados son Eduardo Mannuit (15 años), César Pérez Vivas (7 años), Manuel Rosales (7 años), El Gato Briceño (15 años), Pablo Pérez (10 años) y Lenny Manuitt (8 años).
*** DESAYUNOS. Comenzó un ciclo de reuniones entre gente de medios y líderes de opinión con representantes de la MUD con la finalidad de visualizar la próxima campaña electoral y proponer estrategias comunicacionales. El Grupo Barómetro estaría al frente iniciativa.
*** ATERRIZÓ por el imperio el General García Plaza. Dicen que cantará tanto como Daniel Santos. Y la DEA no importa si está desafinado. Para ellos es lo mismo Romeo Santos que El Inquieto Anacobero.
SIGUEN los jubilados de PDVSA reclamando el manejo arbitrario de los intereses de su fondo de pensiones del cual nadie rinde cuentas. Este escándalo ha pasado de la corruptela a la indolencia. Ya van seis meses sin cobrar estos beneficios, mientras otros disfrutan de la “dolce vita”. Renovamos nuestra solidaridad con los ex trabajadores de la petrolera.
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Jairo Cuba
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