Las partes acordaron un plazo de cuatro meses para evaluar la situación para decidir si continúa el proceso, dijo Santos en cadena nacional.
Respecto al cese el fuego bilateral y el abandono de las armas, Santos explicó que estos puntos se discuten en una subcomisión compuesta por militares y policías en servicio activo del más alto rango, monitoreada tanto por un delegado del secretario general de Naciones Unidas, como por Uruguay, un país con experiencia en el tema.
“Ellos van a contribuir al monitoreo y verificación, que es una condición indispensable para que un posible cese al fuego le dé garantías y confianza al pueblo colombiano”, puntualizó Santos.
En entrevista con Patricia Janiot, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dijo que este nuevo plazo había abierto nuevas esperanzas entre la población:
Colombia ‘bajará la intensidad’ al conflicto
Horas antes del discurso, el jefe negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, aclaró desde La Habana, donde se llevan a cabo los diálogos, que se tomarían medidas de «desescalamiento» del conflicto, pero sin cesar las operaciones militares en contra de la guerrilla.
Según de la Calle, para que el gobierno ponga en marcha las medidas, las FARC deben cumplir el cese unilateral del fuego indefinido que anunciaron a partir del 20 de julio.
Este desescalamiento sería el inicio del recorrido hacia el cese bilateral del fuego que han solicitado los países garantes y acompañantes de los diálogos.