Grecia respaldó las reformas a los impuestos y a las pensiones, lo que los acerca un paso más a un paquete de rescate europeo de 96.000 millones de euros.
Este acuerdo abrirá las negociaciones formales sobre un tercer rescate.
Según el acuerdo de rescate, 25.000 millones de euros de este fondo irán a los bancos, 12.500 millones se utilizarán para pagar la deuda, y los 12.500 millones restantes se usarán para impulsar la economía a través de la inversión. Pero va a incluir fuertes medidas de austeridad.
El endeudado país necesita el dinero del rescate para evitar la quiebra y una salida del euro, pero las reformas son extremadamente impopulares, ya que impone cambios duros en el sistema de pensiones y de impuestos.
Mientras los legisladores votaban dentro del Parlamento, afuera las protestas se tornaron violentas. Los manifestantes lanzaron cócteles molotov y la policía respondió con gases lacrimógenos.
El exministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, y el presidente de la Cámara, Zoe Konstantopoulou, votaron «No». El exprimer ministro griego, Antonis Samaras, y el líder del PASOK, Fofi Gennimata, votaron «Sí».
Muchos griegos que se oponen al plan de rescate dicen que preferirían salir de la zona euro y volver al dracma en lugar de aceptar tales condiciones.
Incluso Tsipras dijo que no cree en las medidas que se impusieron, pero explicó que tenía que seguir adelante para asegurar el rescate.
Durante meses, Tsipras y su partido Syriza se manifestaron en contra de las reformas. Pero el primer ministro se vio obligado a aceptarlos cuando el país se tambaleaba al borde de la quiebra.
El Parlamento de Grecia aprobó formalmente las siguientes medidas:
– Reformar el sistema de impuestos para recaudar ingresos adicionales para el gobierno. Esto incluirá aumentar los impuestos de ventas de comidas en restaurantes y otros artículos hasta un 23% y la eliminación de descuentos fiscales en las populares islas griegas.
– Revisar el sistema de pensiones, que incluye el establecimiento de la edad normal de jubilación en los 67 años.
– Salvaguardar la independencia de la agencia de estadísticas de la nación, la institución responsable de los datos de seguimiento de la deuda de la nación y el crecimiento económico.
– Implementar reglas para cumplir con los objetivos presupuestarios, lo que podría requerir recortes de gastos adicionales.
El voto del parlamento es solo el primer paso antes de que el dinero del rescate pueda fluir. El 22 de julio, el parlamento de Grecia tendrá que aprobar una nueva ronda de reformas.
Además, otros países de la Eurozona, entre ellos Alemania y Finlandia, también necesitan la aprobación de sus parlamentos para prestar más dinero.
Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional ha planteado serias dudas sobre el nuevo plan de rescate, y señaló que los acreedores deben considerar una reducción de la monumental deuda para ayudar a Grecia.
El FMI había participado en los rescates griegos anteriores, pero no lo hará directamente en esta ocasión, después de que el país dejara de realizar dos pagos de la deuda del FMI durante las últimas tres semanas.
Las naciones de la zona euro, junto con el Banco Central Europeo y el FMI, ya han prestado Grecia aproximadamente 233.000 millones de euros en rescates desde 2010.