Investigadores de la Universidad de Northwestern en Illinois desarrollaron una aplicación llamada Purple Robot que utiliza datos proporcionados por los sensores en el teléfono inteligente que detectan la ubicación, el movimiento, el uso del teléfono y otras actividades para evaluar si el usuario tiene depresión.
«La razón principal para el desarrollo de la aplicación es para ver si podemos identificar de manera objetiva y pasiva si la gente está deprimida», dijo Saeb Sohrob, investigador en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, quien también es uno de los desarrolladores de Purple Robot.
En el estudio de Purple Robot, Saeb y sus colegas de la Northwestern y la Universidad Estatal de Michigan examinaron los datos del GPS y el uso del teléfono entre los 28 participantes durante dos semanas.
Los investigadores encontraron que Purple Robot identificó que el 87% de los participantes en el grupo estaban en riesgo de sufrir depresión, de acuerdo con la prueba PHQ-9, que consiste en nueve preguntas para diagnosticar la depresión, basada únicamente en los datos obtenidos del GPS, tomando la ubicación de los usuarios que se movieron de sus lugares regulares. Mientras más se movían los usuarios de lugar, eran menos propensos a entrar en la categoría de riesgo.
Además, mediante el análisis del uso del teléfono de los participantes, incluyendo todo, desde los mensajes de texto y juegos, pero no para hablar por teléfono, la aplicación Purple Robot pudo detectar que el 74% de aquellos entraba en la categoría de riesgo.
Sin embargo, la prueba PHQ-9 es solo una herramienta de detección que dice si hay una probabilidad de sufrir depresión superior a la media y no es suficiente para diagnosticar la depresión, dijo Scott Monteith, profesor de psiquiatría en la Universidad Estatal de Michigan, que no se ha involucrado en el desarrollo o la investigación de Purple Robot u otras aplicaciones para teléfonos inteligentes.
Para tener una mejor idea de la eficacia de Purple Robot, los investigadores van a hacer un estudio con más participantes durante un período de tiempo más prolongado para ver si la aplicación puede detectar cambios en el comportamiento a través del tiempo, dijo Saeb.
Además intentarán mejorar la capacidad de Purple Robot para detectar la depresión mediante la inclusión de datos adicionales, tales como el tiempo que la gente habla por teléfono y con quién habla.
La depresión es una enfermedad debilitante que afecta a alrededor del 17% de las personas en algún momento de su vida.
Cientos de aplicaciones están en fase de desarrollo y otras que prometen mejorar la salud mental, además de ofrecer pruebas para medir el riesgo de depresión, y de proveer información sobre su tratamiento, como Purple Robot.
Optimism y DBSA Wellness Tracker son dos aplicaciones en el mercado que hacen un seguimiento del estado de ánimo.Ginger.io va más allá y analiza los datos como la cantidad de usuarios que realizan actividades los fines de semana y el tiempo que hablan por teléfono, así como los informes de su estado de salud, para alertar a proveedores de atención médica acerca de los problemas en el comportamiento y la salud mental de los usuarios.
Ginger.io, en uso en alrededor de 30 centros médicos, está disponible a través de proveedores de cuidado de la salud y como parte de los estudios de investigación.
Sin embargo, el problema con todas las aplicaciones que están diseñadas para advertir sobre el riesgo de sufrir depresión es que su eficacia no ha sido demostrada, dijo Monteith.
Incluso si los investigadores pueden obtener un mejor manejo de la eficacia de estas aplicaciones, todavía hay muchas preguntas con respecto a los riesgos, en especial acerca de los datos que recogen de forma poco segura y privada, dijo Monteith.
«Los datos de este tipo de aplicaciones potencialmente podrían terminar en manos de todos, si los datos se mueven en alta mar», dijo Monteith, quien co-escribió un artículo reciente sobre la privacidad de datos de atención médica.
Otra forma en que la seguridad de los datos podría verse comprometida es que cuando una empresa se vende, ya que el comprador no tiene la obligación de adherirse a los términos y condiciones originales sobre cómo se utilizan los datos, agregó.
Expertos, incluyendo a Monteith se preocupan de que una vez que los datos caigan en manos equivocadas, podría poner en peligro la capacidad de una persona para conseguir un trabajo, obtener un seguro de vida o conseguir un préstamo.
La mejor manera de mantener los datos seguros, al menos de los piratas informáticos y ladrones, sería la de asegurarse de que los usuarios puedan controlar sus datos, como mantenerla almacenada y encriptada en su teléfono, comentó Deborah C. Peel, miembro de Patient Privacy Rights, una organización de defensa de la protección de datos sin fines de lucro.
En cuanto a Purple Robot, algunas de estas preocupaciones de protección de datos no son válidas ya que Saeb y sus colegas trabajan con datos cifrados. Sin embargo, si finalmente deciden hacer pública la aplicación, para demostrar su eficacia, tendrían todos los datos en servidores seguros de Northwestern.
Aunque este tipo de centralización de datos, incluso en servidores seguros, son un «tarro de miel» para los hackers, dijo Peel.
Hasta el momento, los análisis realizados por el Purple Robot son solo para fines de investigación, subrayó Saeb, quien también realiza una investigación para saber si la aplicación puede recoger las señales del trastorno bipolar entre los usuarios.
La aplicación Purple Robot recibe su nombre porque el color de la Northwestern University es púrpura. Los desarrolladores esperan que la aplicación pueda actuar como un robot y automáticamente alertar al usuario del riesgo para su salud mental, además de hacer recomendaciones para mitigar posibles riesgos, dijo Saeb.
Pese a las preocupaciones en torno a estas aplicaciones, Monteith dijo que está «totalmente a favor de la investigación, eso es lo que tenemos que hacer». Sin embargo, instó a que los investigadores consideren tanto la eficacia y los riesgos en sus estudios. «Tenemos tomar en cuenta lo que dice la FDA” a la hora de decidir si aprueban o no tratamientos médicos en dispositivos, dijo Monteith.