Estados Unidos y Cuba reanudaron este lunes sus relaciones diplomáticas y la bandera cubana volvió a ondear en su embajada en Washington, un histórico gesto que puso fin a décadas de hostilidades entre los dos vecinos, aunque aún resta un largo camino para que normalicen sus lazos. «No se confundan, el proceso a la normalización completa de las relaciones (…) será largo y complejo. En el camino habrá tropiezos y momentos de frustración. Será necesario tener paciencia. Todo eso es razón suficiente para empezar», dijo el canciller de EE. UU. John Kerry a la prensa tras un cordial encuentro en el Departamento de Estado con su homólogo cubano Bruno Rodríguez.
Estados Unidos y Cuba reanudaron este lunes sus relaciones diplomáticas y la bandera cubana volvió a ondear en su embajada en Washington, un histórico gesto que puso fin a décadas de hostilidades entre los dos vecinos, aunque aún resta un largo camino para que normalicen sus lazos.
Tres militares marcharon por la puerta de la embajada e izaron el estandarte cubano -rojo, blanco y azul con una estrella solitaria- a las 10H36 (14H36 GMT), bajo los acordes del himno cubano.
Bajo un calor sofocante, unos 500 invitados y una pequeña multitud de curiosos acompañaron la ceremonia en el edificio -una pequeña mansión neoclásica de piedra caliza- que desde inicios del siglo XX representa los intereses cubanos.
Afuera de la sede diplomática manifestantes gritaban «¡Viva Cuba!», «¡Fidel, Fidel!» y «¡Cuba sí, embargo no!», en medio de un frenesí de camarógrafos, fotógrafos y periodistas de varios países.
Poco después de la ceremonia de reapertura de la embajada, el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, recibió en su gabinete al canciller cubano, Bruno Rodríguez, en la primera reunión de este nivel entre los dos países desde 1958.
Estados Unidos estuvo representado en la ceremonia por la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y el jefe de la misión estadounidense en La Habana, Jeff DeLaurentis.
Jacobson y la diplomática cubana Josefina Vidal, las dos mujeres que condujeron las delicadas negociaciones de alto nivel durante seis meses, pasaron la ceremonia conversando como viejas amigas, y posaron juntas y sonrientes para fotos ante la bandera cubana.
Camino largo y complejo
Los dos diplomáticos mantuvieron un encuentro que se extendió una hora más de lo previsto, y en la conferencia de prensa conjunta ambos admitieron las dificultades que deberán superar para alcanzar una normalización completa de las relaciones bilaterales.
«No se confundan, el proceso a la normalización completa de las relaciones (…) será largo y complejo. En el camino habrá tropiezos y momentos de frustración. Será necesario tener paciencia. Todo eso es razón suficiente para empezar», dijo Kerry a la prensa.
Por su parte, Rodríguez dijo que entre las dificultades fundamentales que los dos países deberán superar se encuentran el levantamiento del embargo estadounidense a Cuba, que dura medio siglo, y la devolución del territorio donde se encuentra la base naval de Guantánamo.
Kerry respondió que el propio presidente Barack Obama ya formuló diversos llamados al Congreso estadounidense para que levante el embargo a Cuba, pero dejó claro que por el momento la devolución de la base de Guantánamo no está en discusión.
«En estos momentos no tenemos la intención de modificar el actual tratado» de arrendamiento del territorio donde se encuentra la base, dijo Kerry, quien sin embargo admitió que Washington «comprende que Cuba tenga sentimientos muy fuertes» con relación a este tema.
En La Habana, un día
«como cualquier otro»
En La Habana, la misión diplomática estadoundiense no mostraba cualquier señal de vivir un día extraordinario, e incluso la bandera de Estados Unidos aún no fue instalada al frente de la sede diplomática.
El secretario de Estado, John Kerry, viajará a La Habana el 14 de agosto para presidir la ceremonia de izado de la bandera estadounidense en la sede de la embajada frente al Malecón Habanero.
Entre los pocos elementos que marcaban el cambio de estatuto, había un pequeño cartel impreso en inglés en la entrada que decía: «Embajada de Estados Unidos, La Habana, 20 de julio», rematado con una pequeña bandera estadounidense pegada a la reja.
Ramón Sahkow / Aldo Gamboa / AFP