Numerosas personalidades de la Fórmula 1 así como autoridades francesas, familiares y amigos acudieron hoy a la catedral de Saint-Réate, en Niza, para despedir a Jules Bianchi, el joven piloto fallecido el viernes tras nueve meses en coma tras sufrir un accidente en el Gran Premio de Japón.
Pilotos como Felipe Massa, Sebastian Vettel, Lewis Hamilton o Nico Hulkenberg se desplazaron hasta esa ciudad para acudir al funeral, al que también asistieron el alcalde de Niza, Christian Estrosi, el presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Jean Todt y el secretario de Estado para el Deporte, Thierry Braillard.
En una emotiva despedida, el féretro fue conducido hasta la catedral entre aplausos espontáneos de los allí presentes y la música de «Hotel California» de «The Eagles» de fondo.
Ya en el interior, el sacerdote Sylvain Brisom, pidió que se repitieran los aplausos para homenajear una «muerte profundamente injusta» y recordar que «era un campeón dotado de un raro talento, pero también un joven de la misma altura que la profundidad de su humildad» que, además, «fue feliz, porque tuvo un sueño que se hizo realidad».
Por su parte, Jean-Eric Vergne, corredor de la Fórmula E y amigo de Bianchi, aseguró que se trata de «un día triste, pero, esté donde esté, habrá visto a toda la gente a la que ha impactado, a las que ha aportado muchísimo».
Sus padres también quisieron pronunciar unas palabras durante el funeral y aseguraron que aunque «todo» les ha sido «arrebatado», quieren ser fuertes hasta el final por él, inspirados por su «fuerza, coraje y dignidad, que no se apagará jamás pase lo que pase» porque Bianchi siempre estará a su lado «en todo momento».
El joven piloto fallecía el pasado viernes en el Centro Hospitalario Universitario (CHU) en Niza (Francia) en el que pasó nueve meses en coma tras haber sufrido un grave accidente el pasado 5 de octubre de 2014 en el circuito de Suzuka durante el GP de Japón de Fórmula 1.
Bianchi, nacido en Niza 3 de agosto de 1989 pero con orígenes italianos, procedía de una familia con gran tradición automovilística en la que su abuelo Mauro y su tío abuelo Lucien, fallecido en 1969 en un terrible accidente en las 24 Horas de Le Mans, fueron destacados pilotos.