Unos atentados atribuidos a los islamistas de Boko Haram dejaron más de 50 muertos el miércoles en Nigeria y Camerún, nueva ilustración de la capacidad del grupo a pesar de una operación militar regional.
En Camerún, dos muchachas kamikazes mataron al menos a 11 personas e hirieron a 32 al hacerse estallar a la entrada del mercado central de Marua, la capital del Extremo Norte.
El gobernador de la región, Midjiyawa Bakari, indicó que las dos jovencitas tenían “menos de 15 años” y, según otra fuente cercana a las autoridades locales, “las dos menores pedían limosna” antes de hacerse explotar.
El doble atentado no había sido reivindicado la noche del miércoles pero en la región actúan con frecuencia los insurgentes islamistas nigerianos de Boko Haram.
En Gombe, noreste de Nigeria, 42 personas perecieron en la explosión de varias bombas en dos estaciones de autobuses.
Las primeras explosiones se produjeron a las 19h30 locales (18h30 GMT) cerca de la entrada de la estación de Dadin Kowa y 20 minutos más tarde fue sacudido el sector de Duku.
El presidente nigeriano Muhammadu Buhari, de visita en Washington, estimó el miércoles que la negativa de Estados Unidos a proporcionar armas a las tropas nigerianas a causa de “supuestas violaciones de los derechos humanos” beneficia a Boko Haram.
El gobierno estadounidense no puede ayudar legalmente a un país acusado de violaciones de derechos humanos.
AFP