El derecho dominicano Pedro Martínez mostró su orgullo por estar junto a estrellas históricas de las grandes ligas como Juan Marichal y Roberto Clemente en Cooperstown
Horas antes de entrar oficialmente a la exclusiva logia del Salón de la Fama de Cooperstown, Pedro Martínez reflexionó sobre la importancia del acontecimiento para República Dominicana y el resto de América Latina. También, del orgullo que siente de estar en la misma clase de Roberto Clemente y Juan Marichal.
«Más que honrado, me siento bendecido por tener la oportunidad de representar a Latinoamérica. Han sido días muy emotivos para mí y mi familia. Como dominicano y latino siento el gran compromiso de lidiar con un fin de semana que será histórico», dijo Martínez el sábado en la conferencia oficial del Salón de la Fama.
«Estoy muy consciente de la importancia que tiene este día para República Dominicana… es lo que más nervioso me tiene. «Estoy representando a mi pueblo Manoguayabo, a República Dominicana y a Latinoamérica», agregó en un conversatorio en español con la prensa hispana presente en Cooperstown.
El lanzador ganador de tres premios Cy Young en una legendaria carrera de 18 años con Dodgers de Los Angeles, Montreal, Boston, Mets de Nueva York y Filadelfia, entró el domingo al nicho de los inmortales acompañado de Randy Johnson, John Smoltz y Craig Biggio.
Martínez es el octavo latinoamericano que ingresa a Cooperstown por su desempeño en los diamantes de Grandes Ligas. Los primeros fueron los puertorriqueños Roberto Clemente (1973), Orlando Cepeda (1999) y Roberto Alomar (2011); el dominicano Juan Marichal (1983), el venezolano Luis Aparicio (1984), el panameño Rod Carew (1991) y el cubano Tany Pérez (2000).
Martínez alabó a los latinoamericanos que fueron pioneros en las ligas mayores, especialmente a Marichal y Clemente. Marichal, quien tuvo seis temporadas de 20 o más triunfos en su carrera, fue la primera gran estrella dominicana en las ligas mayores. Clemente, quien bateó tres mil hits y ganó 12 Guantes de Oro, es recordado como pelotero estrella, pero también como gran humanista y líder comunitario.
«Para República Dominicana fueron 32 años de espera, solo con don Juan Marichal, quien lamentablemente no estuvo cuando la tecnología llegó al juego y todas las cosas que hacemos quedan bien documentada», dijo Martínez. «Nos reunimos con nuestras esposas y me dijo que estaba feliz y orgulloso de verme llegar al Salón de la Fama y me advirtió que este fin de semana sería muy ajetreado, pero que después lo disfrutaré más tranquilo», dijo Martínez.
«También tuve la oportunidad de hablar bastante con (doña Vera) la viuda de Roberto Clemente. He estudiado mucho la vida de Clemente de como luchó por la igualdad para todos nosotros los latinos», dijo Martínez.
«Me identifico con él, porque soy una persona que expresa sus emociones, dice lo que siente y que defiende su raza latina. Me siento muy contento con estar en el mismo lugar que Clemente y Marichal», agregó el nuevo inmortal del beisbol.
Martínez, quien tuvo marca de 219-100, efectividad de 2.93 y 3,154 ponches en una carrera que transcurrió entre 1992 y 2009, fue ocho Juegos de Estrellas, lideró su liga seis veces en promedio de Whip, cinco en efectividad y cinco en ponches por nueve entradas.
Abanicó más de 300 bateadores en dos ocasiones y conquistó la triple corona del picheo en la Liga Americana en 1999.
«Más que representar a República Dominicana y latinoamérica, mi carrera la asumí como un compromiso personal», dijo.
«Quiero que la generación de peloteros dominicanos que vendrán después de mi comprendan que representamos un país, una familia, un legado. Ojalá que todos los latinos puedan comprender el nivel de compromiso que tienen con la sociedad, con representar los derechos de los latinos, el calor y nuestro amor», dijo.
Martínez, de 43 años, recordó los duros años de su niñez creciendo en un pueblito en los suburbios de Santo Domingo
y todos los obstáculos que debió saltar para sobrevivir en un deporte que tradicionalmente ha sido dominado por hombres grandes y fuertes. Sin embargo, no hay resentimientos.
«Mi carrera entera fue especial. Mirando ahora desde aquí es más fácil para mí decir que hasta los momentos amargos ahora son dulces, porque esos me enseñaron a luchar, a ser perseverante, me enseñaron a seguir hacia adelante y me prepararon para saborear los momentos difíciles y aprovechar las oportunidades que Estados Unidos me abrió», dijo.
Recordado en Montreal
Pedro Martínez jugó con cinco equipos diferentes en Grandes Ligas -Dodgers, Expos, Medias Rojas, Mets y Filis- en una carrera que le valió una exaltación al Salón de la Fama, precisamente el domingo en Cooperstown.
Para la mayoría de los fanáticos, el dominicano es recordado más por sus tiempos en Boston de 1998 al 2004, cuando tuvo sus mejores temporadas. Pero el Pedro Martínez que se convirtió en un lanzador Salón de la Fama se vio por primera vez en Montreal, equipo que creyó en él, lo adquirió de los Dodgers y le dio su primera oportunidad de abrir en Grandes Ligas.
Con esos recuerdos aún vivos, hubo una fuerte camada de fans que llegaron a Cooperstown desde Montreal para celebrar la exaltación de Martínez.
«Estamos celebrando a Pedro Martínez y Randy Johnson, de Expos de Montreal, que fueron emblema de nosotros», dijo el dominicano Manuel Carrasco, residente de Montreal. «Estamos aquí representándolos, celebrándolos».
En la década de los 90, los Expos fueron un equipo de fuerte presencia latina y, sobre todo, dominicana. En 1992, Felipe Rojas Alou se convirtió en el primer mánager dominicano en Grandes Ligas. En Montreal, Alou estuvo acompañado por Martínez, su hijo Moisés, su sobrino Melquíades Rojas, el nica Dennis Martínez, el boricua Wilfredo Cordero y, más adelante, Vladimir Guerrero, entre varios otros.
«(Felipe) había sido parte del desarrollo de esos jugadores durante muchos años», dijo Frédéric Daigle, periodista de La Presse Canadienne en Montreal, refiriéndose a la trayectoria de Alou como mánager de liga menor en el sistema de los Expos. «Creo que los jugadores se sentían cómodos con él, en el sentido de que podían hablar con el manager y no se iba a perder nada de comunicación por el idioma. Los jugadores latinos pudieron triunfar en Montreal y creo que Felipe tuvo un gran impacto en eso».
Enrique Rojas
espndeportes.com