El presidente estadounidense Barack Obama encabezó un regreso sentimental al país de su padre, Kenya, este domingo con un discurso donde se enorgulleció de su herencia africana.
«Soy el primer keniano-estadounidense en ser presidente de Estados Unidos, eso está claro», dijo Obama.
A pesar de que el presidente no fue a la aldea de su padre, Kogelo, durante su visita presidencial, sí ha pasado partes de cada noche con familiares.
En una cena de Estado auspiciada por el presidente de Kenya el sábado por la noche, Obama describió la velada como «una reunión Obama algo inusual».
«Sospecho que algunos de mis críticos allá (en Estados Unidos) piensan que vine para buscar mi certificado de nacimiento. No es el caso», bromeó Obama antes de bailar y cantar con los invitados a la cena.
El mandatario mostró su conocimiento de la danza kenyana Lipala, ganándose los aplausos de los asistentes.
El domingo, dentro de un gimnasio lleno en Nairobi, con cerca de 5.000 kenianos aplaudiendo, Obama ofreció su historia personal como evidencia de que los africanos tienen el potencial para levantarse, incluso de las situaciones más difíciles.
«Cuando se trata de la gente de Kenya, especialmente de los jóvenes, creo que no hay límite en lo que pueden conseguir», dijo el mandatario. «Pueden construir su futuro justo aquí, justo ahora».
Obama también urgió a los países africanos a rechazar la opresión hacia las mujeres, comparando el problema con los estadounidenses que elevan la bandera de la Confederación como símbolo del poderío caucásico.
«Solo porque algo es una tradición no significa que sea correcto», aseguró.
«Tratar a las mujeres como ciudadanas de segunda clase es una mala tradición. Los detiene», añadió, condenando la violencia doméstica, los abusos sexuales y la mutilación genital.
El presidente reconoció haberse arriesgado con sus anfitriones al pedir que rechazaran las divisiones étnicas y la corrupción gubernamental.
«No quiero que se pongan sensibles», dijo Obama a la multitud. «Pero aquí en Kenya es tiempo de cambiar de hábitos», añadió tras llamar a la corrupción «un ancla que los jala hacia abajo».
Al recordar las dificultades de su familia, Obama contó que su abuelo trabajaba como cocinero para diplomáticos británicos. «Se referían a él como a un niño, pese a que era un adulto», señaló.
Pero el presidente destacó el progreso de toda su familia a partir de esos orígenes humildes.
«De lo que estas historias nos hablan es de progreso», comentó. «Tenemos que conocer nuestra historia para aprender de ella».
Obama también aseguró que Estados Unidos intensificará su colaboración con el gobierno de Kenya en la batalla contra el grupo terrorista al Shabaab.
La lucha contra el terrorismo fue uno de los principales temas en la discusión del presidente de EE.UU. con el mandatario de Kenya, Uhuru Kenyatta.
«Estamos hombro con hombro en la lucha contra el terrorismo durante todo el tiempo que sea necesario», aseguró Obama durante su discurso.
El presidente fue presentado por su media hermana, Auma Obama, quien dijo que el mandatario «sigue siendo muy unido a nosotros».
Relató la historia de cómo recogió a un joven Obama en el aeropuerto de Nairobi durante su primer viaje al país africano, en un viejo Volkswagon Beattle, y que su regreso fue en una limusina presidencial conocida como La Bestia.
«Nos entiende», dijo Auma Obama. «Es uno de nosotros».
En la audiencia, junto con miembros del congreso y empresariado estadounidense, se encontraba el medio hermano del mandatario, Malik Obama, quien se dijo agradecido porque su poderoso familiar «por fin vino a Kenya» como comandante en jefe.
«Es un importante paso para unir a todos y mostrarle al mundo el verdadero sentido de la hermandad», dijo Malik Obama.
En un discurso de este domingo, Obama se esforzó por hacer una narrativa de esperanza para los africanos.
«Estén listos para jugar un mayor rol en este mundo», dijo el mandatario. «Al final, todos somos parte de una tribu, la tribu humana».
El mensaje de Obama sobre la opresión resonó en Josephine Kulea, una activista por los derechos de las mujeres que utilizó un vestido tradicional africano para el evento.
«Las cosas que mencionó son realmente aquí y necesitan ser abatidas», dijo Kulea.