Cristian Antonio López Peña, de 32 años, fue asesinado de un tiro en la cabeza, la mañana de ayer, cuando se encontraba junto a su esposa, afuera de un laboratorio clínico, donde se realizaría unos exámenes.
El hecho ocurrió en el kilómetro cinco de la avenida Florencio Jiménez, al lado del Hospital Rotario, al oeste de Barquisimeto.
Aproximadamente a las siete de la mañana se desarrolló el suceso, cuando el hombre se encontraba en la cola y había gran cantidad de personas a la espera.
En eso, se acercó un muchacho joven, con el rostro descubierto, sacó un revólver calibre 38 milímetros, lo apuntó en la cabeza y sin mediar palabras, le disparó para luego huir corriendo del sitio.
El hombre perdió la vida de inmediato.
Cayó a los pies de su esposa que está a días de dar a luz su cuarto hijo. El cadáver quedó boca abajo, vestía una franela manga larga de la selección nacional de fútbol y un jean azul. Las demás personas quedaron asombradas al observar tan terrible crrimen. Muchos se fueron; otros gritaron y otros simplemente lloraron de la impresión.
La esposa del ahora occiso, comenzó a llamar a los familiares, quienes llegaron desde Valle Verde, donde residen, y acordonaron la escena del crimen.
Según una de las hermanas de la víctima, quien no se identificó, López Peña sufrió un fuerte dolor en los riñones el pasado sábado, por lo cual lo llevaron al Hospital Rotario y ese día le ordenaron los exámenes clínicos por completo.
Al lugar se apersonaron los funcionarios de la policía científica, quienes recabaron pruebas y entrevistas de lo ocurrido.
Al momento de retirar el cuerpo sin vida del sitio, la madre del fallecido se derrumbó en llanto y gritaba: «Mi hijo, no puede ser, ¿por qué Dios?… eso no era para ti”, exclamó en medio de las lágrimas.
Vía El Impulso