Wilmer Flores falló en sus primero 11 turnos, después de ser mudado por los Mets a la segunda base el 28 de junio. Pero desde entonces liga de 75-23 (.307), en sus últimos 19 encuentros y no ha cometido errores.
La necesidad de mejorar la defensa, tras conocer que el antesalista David Wright estaría fuera del terreno de manera indefinida por una estenosis cervical, obligó a Nueva York a hacer el movimiento, con Rubén Tejada en el shorstop y David Murphy en tercera.
Flores tenía problemas para inclinarse a recoger los rodados y mover sus pies a tiempo, lo que le hacía perder el balance en las jugadas de rutina. Y pese a que su factor de alcance (4,07 según Baseball Reference) no era malo, la manera como soltaba la bola agregaba mayor dificultad a los outs, de acuerdo con un reporte del New York Times.
En 44 juegos en las paradas cortas cometió 10 errores, en un total de 291 lances. Ahora, ha estado perfecto en 194 innings, repartidos en 21 desafíos.
“Como shortstop, se esforzó para ser mejor y creo que eso le trajo ansiedad”, señaló Tim Teufel, coordinador de infield de los metropolitanos.
“No quería defraudar al equipo, hice lo mejor posible”, destacó Flores, que ha estado trabajando de cerca con Teufel durante toda la temporada para mejorar su defensa.
Ahora tiene menos terreno que cubrir y sus tiros a la inicial son más cortos. Aunque sigue haciendo ajustes en su mecánica y en el ángulo de tiro.
“Le encanta la segunda base”, puntualizó el mánager Terry Collins. “Dijimos que cuando pasara a la intermedia, comenzaríamos a ver a un mejor bateador porque estaría más relajado”.
Las estadísticas le dan la razón al estratega. Antes de la jornada de hoy, Flores exhibía una línea ofensiva de .291/.325/.342 en julio. En promedio su mejor mes.