¿Qué se espera para actuar? No permitamos que actúe el poder del pueblo, porque este es desbocado, sin cauce. Ahí tenemos una herida: el caracazo que aún no ha sanado
Hemos visto con preocupación cómo se han venido presentando situaciones desagradables en diferentes partes del país que pudieran interpretarse como signos potenciales del cansancio de la gente frente a una serie de fenómenos políticos, sociales y económicos que afectan de manera directa y ostensible su calidad de vida y sobre todo la calidad de vida y el presente y futuro de sus hijos.
Se han dado casos de linchamientos colectivos contra delincuentes atrapados en flagrancia cometiendo delitos en las zonas populares del país, la gente al verse colmada de paciencia e impotente frente a la pasividad y desidia además de la descomposición moral de los órganos policiales en ocasiones ha optado por tomar la justicia por propia mano; en ocasiones la intervención policial ha evitado el linchamiento en otras han llegado demasiado tarde y la desnaturalización de la justicia ha ocurrido.
Hemos visto así mismo eventos donde la gente de un sector y los transeúntes han saqueado un camión de víveres que minutos antes había volcado en el pavimento y otras veces simplemente se averío y se estacionó en el hombrillo.
El punto álgido de estos eventos lo constituye un caso donde el camión de víveres volcó y la «gente» apartaba con sus pies o brincaba al cadáver o malherido conductor para apropiarse de la valiosa carga; este evento que pueden observar por internet no indica el alto grado de descomposición social y moral a los que llegamos en ciertas ocasiones que consideramos vital para nuestra sobrevivencia diaria y el tema de la alimentación es una de ellas; posiblemente la más vital.
Otros eventos que se han multiplicado en el último año son los saqueos a establecimientos comerciales de parte de personas que habitan o transitan por los lugares donde han ocurrido esos eventos.
Uno de los últimos eventos y lo quiero significar como ejemplo por cuanto pudiera caracterizar una potencial condición psicológica y sociológica del individuo hacia un evento no deseable de generalización de esa conducta en la sociedad lo constituye el saqueo ocurrido esta semana pasada en la población de San Feliz en el estado Bolívar, allí según fuentes del lugar se concatenaron varios hechos que dieron como resultado el indeseado evento: cuentan los lugareños que en el sitio donde funciona el comercio llamado «La Económica» y así se conoce, convergen los distintos transportes colectivos que trasladan a los trabajadores hacia Puerto Ordaz, allí se formó el conato por cuanto los choferes de los autobuses rojos del gobierno se han dado a la tarea de cobrar la misma tarifa que cobran las unidades de las líneas particulares o sea 100 Bs; siendo su costo Bs.10, hay que acotar que ésta última es subsidiada por el Estado.
Este hecho ocasionó la ira de los usuarios y quisieron tomar justicia por su mano y rompieron los vidrios del autobús sin conocerse de daños contra el chofer.
Estas personas envalentonadas y psicológicamente afectadas por ese hecho y al hecho de ver cómo en los alrededores de la zona los buhoneros bachaqueros venden los productos de la cesta básica a precios superlativos bajo la complicidad de un comerciante chino dueño del comercio «La Económica» , el cual les vende a los bachaqueros por bultos y más caro que lo normal, cosa que es de conocimiento público en la zona, pues decidieron arrasar tanto con los comercios de los buhoneros como con el comercio en cuestión y pasó lo que el potencial prefiguraba.
Las causas o potencialidades que generaron el evento o los eventos de San Félix se encuentran allí, soterradas o abiertas a lo largo y ancho de la geografía nacional, son de dominio público, las conocen las autoridades policiales, la Guardia Nacional, la dirigencia del alto gobierno, las diferentes clases políticas de país, el Ministerio Publico, el Defensor del Pueblo, el Tribunal Supremo de Justicia y también lo sabe el pueblo. De todos el que tiene menos poder formal es el pueblo, el que más sufre el problema.
Jorge Alvarez Casañas
aporrea.org