Estela Meléndez, de 91 años, dice que tuvo un bulto en su vientre durante muchos años, pero no tenía idea de que fuera un feto. Los médicos dicen que ha estado en su útero por más de seis décadas. El feto está calcificado y no representa ninguna amenaza a la salud de la mujer.
Meléndez no escucha bien y en años recientes su andar se ha visto mermado por la artritis. Pero en general, está bien. Vive en La Boca, un pueblo situado en donde el río Rapel se encuentra con el océano Pacífico, en el municipio de Navidad.
Hace poco sufrió una caída y los médicos detectaron algo que los preocupó en sus radiografías. «El médico dijo que tenía un tumor y que tenían que operarme», dijo Meléndez a CNN. Cuando le tomaron otras radiografías para confirmar, los médicos no podían creer lo que veían. Resulta que la masa que estaban viendo no era un tumor, sino un feto.
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«Tengo el bulto aquí», dice Meléndez, señalando su vientre.
Para la anciana y su familia, el hallazgo fue impactante. Manuel González, el hombre con el que Meléndez estuvo casada durante 74 años, murió en enero, a los 91 años. González se ganaba la vida como pescador y lanchero en el pueblo costero. Meléndez dice que una de las cosas que lamenta es que ella y su esposo nunca pudieron tener hijos. «Sufrimos muchísimo por esta razón», dijo Meléndez.
«¿Se imaginan? ¡Más de 60 años!», dijo Luis Meléndez, sobrino de la anciana. «Me pregunto cómo no se sintió mal luego de que el feto muriera en su interior».
Los médicos de la clínica local consideraron operarla para extirpar el feto, pero más tarde determinaron que, en este caso, operar a una paciente de 91 años era más arriesgado que no hacer nada. Meléndez dice que a veces le duele, pero casi siempre es solo un bulto incómodo.
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Hablando de cosas más profundas, dice que el bulto en su vientre le recuerda a su esposo y a su sueño insatisfecho de tener hijos.