En varias oportunidades, el líder revolucionario, Hugo Chávez, se refirió a las misiones sociales como al alma de la Revolución Bolivariana, puesto que se consolidaron como un mecanismo para llegar a todos los sectores del país, especialmente a los más excluidos.
«Ustedes se ponen a evaluar la historia de este continente, las misiones sociales venezolanas impulsadas por el Gobierno revolucionario, por el pueblo, no tienen precedente en la historia de este continente; su magnitud, su extensión, su permanencia. Aquí en Venezuela se han convertido en política de Estado, como parte del proceso de transformación integral del Estado, de la sociedad, de la economía, de la nación. Se han venido convirtiendo las misiones en el centro, el núcleo central de las políticas del gobierno revolucionario (…)», destacó el comandante Chávez, citado en el encartado del Sistema Nacional de Misiones de la Vicepresidencia para el Área Social.
Chávez también exhortó a fortalecer, cuidar, perfeccionar y profundizar las misiones y grandes misiones. Por ello, en respuesta a ese mandato, el presidente Maduro creó este sistema el 7 de agosto de 2013.
El mismo fue lanzado para cumplir, de manera más eficaz, con esa política socialista de garantizar derechos sociales, como la salud y educación en todos sus niveles.
En aquel acto de lanzamiento del Sistema Nacional de Misiones y Grandes Misiones, el vicepresidente para Desarrollo Social y Misiones, Héctor Rodríguez, explicó la importancia de que los programas, destinados al bienestar del pueblo, pudieran regirse mediante este sistema.
«Nos planteamos como objetivo mantener y profundizar el alcance de la política social, con mayor eficiencia y eficacia, a fin de contribuir a la suprema felicidad social del pueblo, erradicar en este período constitucional la pobreza extrema en Venezuela», señaló Rodríguez.
En 15 años, en Venezuela se ha destinado más de 62% del presupuesto nacional a la inversión social, lo cual se ha traducido en políticas para garantizar salud y educación pública y gratuita, así como seguridad social a más de 2,7 millones personas de la tercera edad que cuentan con su pensión.
Toda esta política logró bajar a niveles históricos la pobreza extrema que hoy registra 4.5% y no el 10,8% de 1998. La meta de la Revolución es llevar la pobreza extrema a cero en 2019 y al mismo tiempo incrementar la inversión social en 70%.