Nicholas Reeves, un arqueólogo británico de la Universidad de Arizona, cree que ha encontrado su lugar de descanso oculto a plena vista: en la tumba de Tutankamón..
La atrevida nueva teoría surge después de un extenso análisis de imágenes de alta resolución publicadas en línea el año pasado por Factum Arte, un especialista en la restauración de arte que ayudó a crear una copia de la cámara de entierro del rey Tut en Lúxor. En las imágenes escaneadas, Reeves descubrió grietas en las paredes que podrían indicar que dos entradas «fantasmas» que no habían sido identificadas con anterioridad se encontraban detrás de las paredes.
Las implicaciones son extraordinarias, porque, si la aparición digital se traduce a una realidad física, parece que ahora nos encontramos no solo ante la posibilidad de ver un nuevo depósito de la era de Tutankamón al oeste; al norte parece estar señalada una continuación de la tumba KV 62 (la tumba de Tutankamón), y dentro de estas profundidades desconocidas, un entierro real anterior: el de la misma Nefertiti».
¿Era Nefertiti la ocupante original de la tumba?
A pesar de los saqueadores despiadados, la tumba del rey niño sigue siendo uno de los descubrimientos más prolíficos de Egipto. Descubierta por Howard Carter en 1922, sigue siendo la tumba más intacta que ha sido desenterrada. Y ha sido un tesoro para los arqueólogos, ya que de ahí se recuperaron casi 2.000 objetos.
En su artículo sobre el posible hallazgo, Reeves especula que el tamaño de la tumba de Tutankamón es «menos que apropiado» para el lugar de descanso final de un rey egipcio. En su lugar, parece resolver el enigma que ha desconcertado a los arqueólogos durante años, al explicar que su tamaño y diseño inadecuados se deben a que es una extensión de una tumba anterior diseñada originalmente para una reina.
El académico también supone que el equipo reciclado que fue encontrado en la cámara funeraria es anterior al ascenso de Tutankamón. Concluye que lo más probable es que la tumba haya sido diseñada para una reina egipcia de la antigua dinastía XVIII —de la cual Reeves señala, Nefertiti es la única mujer que alcanzó tales honores— y fue adaptada cuando se dio la muerte prematura de Tutankamón a los 17 años de edad.
«Al momento del entierro de Nefertiti… seguramente no existía la intención de que Tutankamón a su debido tiempo ocupara esta misma tumba. Ese pensamiento no ocurriría sino hasta la muerte temprana e inesperada del rey una década después», escribe Reeves.
Mientras desde hace mucho tiempo se cree que la tumba de la antigua reina se había perdido, la teoría de Reeves ha causado revuelo entre los egiptólogos.
«Sin duda es tentador lo que Nicholas Reeves ha sugerido», dice Toby Wilkinson, un egiptólogo de la Universidad de Cambridge.
«Si consideramos lo que sabemos, estamos bastante seguros de que hay una tumba real sin descubrir de aproximadamente el mismo periodo en algún lugar, porque tenemos más reyes que tumbas, así que la lógica sugiere que todavía hay una tumba por encontrar».
En busca de una reina perdida
Esta no es la primera vez que ha surgido una nueva pista en la búsqueda de Nefertiti. En 2003, Joann Fletcher de la Universidad de York llamó la atención cuando anunció que su equipo había identificado una momia anónima conocida como la «Dama más joven», descubierta en una cámara secreta dentro de una tumba en el Valle de los Reyes, y se creyó que pertenecía a la reina antigua.
Se dice que la polémica momia es Nefertiti
Ella citó evidencias de la presencia de una peluca nubia, la cual se utilizaba durante el periodo de Amarna (cuando se cree que Nefertiti vivió), junto al análisis del embalsamado y la revisión de los escombros.
La teoría, la cual salió al aire en un documental de Discovery Channel, pronto fue cuestionada por Zahi Hawass, quien en ese entonces era el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, y quien concluyó que la momia en realidad era la de un hombre de 15 años.
Más preguntas que respuestas
Por lo tanto, es probable que el misterio siga durante un buen tiempo. Lo delicado del sitio y el hecho de que sea tan pequeño hacen que examinar la tumba in situ sea especialmente desafiante.
«Creo que al utilizar una moderna tecnología sísmica de rayos X debería ser posible ver a través de las paredes y determinar si hay anomalías significativas o incluso espacios en el lecho de roca detrás de esas paredes», dice Wilkinson.
«Ese tipo de radar de penetración del suelo está bien desarrollado. Ha sido usado en el Valle de los Reyes y otros lugares en Egipto», dice.
Incluso si se encuentra que este portal existe y conduce a una cámara oculta dentro de la tumba de Tutankamón, Wilkinson mantiene que tal descubrimiento conduciría a un debate aún mayor sobre la mejor forma de excavar el sitio sin ocasionarle daños a la tumba existente.
«Podríamos llegar al punto dentro de unos cuantos años de saber si existe una cámara detrás de esas paredes, pero creo que pasará un tiempo antes de que podamos darle un vistazo a cualquier cámara que pudiera estar ahí», dice.
«Sin embargo, es muy tentador y seria agradable pensar que en unos pocos años podríamos tener la respuesta final».