A través de un comunicado, reseñado por la agencia Prensa Latina, los sindicatos insisten en acabar con los intentos de la derecha de desestabilizar al país suramericano y a su Gobierno legítimo.
«Es necesario desmontar el panorama político en el que prevalecen los intentos desestabilizadores que se han utilizado como condición para la aplicación de una política económica regresiva y orientada al retroceso político-institucional», indica el documento.
Asimismo, en el texto los sindicatos piden a todas las fuerzas del país un compromiso nacional que facilite avanzar hacia la reanimación de la industria, el comercio y la agricultura.
«Brasil dio muestras de que es capaz de promover acciones de equidad, bienestar social y calidad de vida para todos, y por ello se requiere rápidamente de inversiones en la actividad productiva para aumentar el empleo, mejorar la distribución de la renta y las políticas sociales», añade el comunicado.
Igualmente, subraya que estos desafíos requieren de las fuerzas vivas de la sociedad brasileña una posición clara en defensa de la democracia, del calendario electoral, así como del pleno funcionamiento de los poderes del Estado y la estabilidad institucional.
El documento referido fue firmado por los presidentes de los gremios Central de Trabajadores de Brasil (CUT), Fuerza Sindical y Central Brasileña de los Trabajadores (CTB), de los sindicatos de los Metalúrgicos ABC, Comerciantes de Sao Paulo, Empleados de Hoteles, Trabajadores de la Información, Bancarios y de la Construcción Civil, entre otros.
La divulgación del manifiesto ocurre poco después de un encuentro de la mandataria Rousseff con más de 1.000 representantes de movimientos sociales y sindicales, en el que demandó unidad para rechazar los intentos de sectores de oposición de interrumpir la democracia en esta nación.
En Brasil la derecha ha pretendido poner punto final al segundo mandato constitucional de la presidenta Dilma Rousseff, a quien han querido vincular con el escándalo de corrupción en la estatal petrolera Petrobras.
Militantes de partidos políticos, grupos sociales, gremios y pastores han rechazado las repetidas tentativas de la oposición y de medios de comunicación de buscar, a través de maniobras ilegales, poner fin a la democracia en Brasil.