Es la segunda anotadora del Pre-Olímpico de baloncesto femenino, que se juega en Canadá
El Pre-Olímpico de Toronto ha sido la mejor vitrina para la consagración de la venezolana Roselis García como jugadora de nivel internacional: segunda anotadora con 15.8 puntos por partido, cuarta en triples (2) y robos (2.3), sus 31 puntos en un juego y la calidad global de su accionar en ataque y defensa ha llamado tanto la atención que está entre las candidatas al “Top 5” del certamen.
En días pasados elogiamos sus virtudes que incluyen notable movilidad ofensiva y rapidez para las intercepciones y los robos de balón, su aporte en el rebote (a pesar de no ser de las “grandes”) y las múltiples facetas de su ataque, desde el manejo de los fundamentos (drible, pase, lanzamientos, fintas), que la hacen una jugadora bastante completa, confirmando en Edmonton los argumentos que le valieron un contrato para hacer carrera profesional en España.
Hay, además, una característica tan importante como las anteriores, que ya había mostrado pero se puso de manifiesto, de bulto, cuando salió a jugar frente a Ecuador luego de haber abandonado el juego de la víspera (con Argentina) víctima de una dolorosísima lesión en el brazo derecho. Solo hizo 5 puntos, desde la línea de tiro libre, sin poder ocultar el dolor ante cada ejecución, pero participó del resto del juego con un coraje difícil de igualar.
Robó balones, tomó rebotes, condujo la ofensiva en momentos críticos e inclusive se lanzó en penetraciones arriesgando el físico, como en los tableros. Muchas veces rodó, entreverada con alguna adversaria y recibió impactos en el brazo lesionado, notándosele adolorida, pero nunca cedió. Y, sin negar los méritos de otras que se hicieron sentir en el marcador, buena cuota del triunfo fue su sacrificio. Que fue eso, por jugar en semejantes condiciones.
Ignoramos, al momento de escribir, cuál será el estado de Roselis Silva luego de ese esfuerzo. Ojalá esté en condiciones para el partido de hoy ante Puerto Rico, en el cual se juegan la posibilidad de disputar el próximo año un puesto en el repechaje para la Olimpíada de Rio. Pero ya dejó un ejemplo de pundonor, tan grande como su calidad de jugadora.
Habrá que hablar luego sobre la evolución del equipo manejado por Oscar Silva, que ya alcanzó objetivos sin precedentes en el baloncesto femenino venezolano.
Armando Naranjo
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