Una de las hipótesis que cobra más fuerza, dado el testimonio de algunos pacientes que para el momento del incendio estaban lucidos, es que una chispa, ocasionada cuando alguien desconecto el cargador de un celular, alcanzó uno de los colchones, originando el fuego que se propago rápidamente por las camas y por la madera en gran parte de las áreas de las habitaciones. Vecinos y familiares de ancianos denunciaron que éstos permanecían amarrados y dopados en la Clínica Chivacoa, “por lo que muchos no pudieron escapar de las llamas”. 8 ancianos fallecieron durante el siniestro.
Consternados y en medio de una enorme frustración, vecinos y familiares de los ancianos que perdieron la vida durante el incendio del geriátrico Chivacoa, en el municipio Chacao, este domingo, denunciaron que algunos de los abuelitos murieron estaban amarrados a las camas o dopados producto de algún tratamiento, lo que les habría impedido huir ante el fuego que consumió dos de las habitaciones en su totalidad.
La mañana de este lunes, los espacios del centro estaban vacíos. Las llaves quedaron a cargo de una vecina porque las dos únicas enfermeras que se ocupan del cuidado de los 40 pacientes se marcharon tras el evento. Allí cubrían un rol de guardia de 24×24.
Lischet Carrero, sobrina de las fallecidas, María Méndez Molero, de 40 años de edad, dijo que se enteraron por notificaciones en twitter. Inicialmente un tío leyó acerca de un incendio en un ancianato pero no tenían mayores detalles de que se trataba, hasta que revisaron y se enteraron que se trataba del centro donde su tía estaba recluida.
Contó que su tía, María Méndez, tenía una condición especial. De niña sufrió una meningitis que la incapacitó y fue avanzando al punto de reducir su capacidad del autocontrol. “Era muy agresiva. La teníamos en tratamiento y luego la tuvimos que internar en una clínica por recomendación de un doctor. De allí nos consiguieron para traerla aquí”, dijo.
Carrero aseguró que cuando se produjo el incendio su tía estaba amarrada. “Era algo digamos habitual porque eran solo dos enfermeras a cargo de todos los ancianos. Algunos tenían desprendimiento de cadera, otros padecían de esquizofrenia, no había otra manera de poder controlarlos”, explicó.
Por un cargador
El incendio que comenzó poco antes de las 7:00 de la noche del domingo consumió en su totalidad dos habitaciones. En el lugar había un total de 36 abuelos, porque de los 40, cuatro estaban de permiso con sus familiares. De estos murieron 8, cinco por asfixia al inhalar los gases tóxicos y otros tres al ser arropados por el fuego.
Las primeras versiones que concuerdan con el testimonio de algunos de los pacientes que estaban lucidos para el momento del hecho, indican que todo se produjo por un corto circuito, cuando alguien desconecto el cargador del celular de una paciente que estaba enchufado en el toma corriente.
Esto habría generado la chispa que alcanzó uno de los colchones, originando el fuego que se propago rápidamente por las camas y por la madera en gran parte de las áreas de las habitaciones. Eso produjo una densa nube de humo que se acumuló en los cuartos, hasta dispersarse hacia la calle, alertando a los vecinos de los edificios vecinos que salieron en auxilio de los abuelos.
Cristian Ferreira, habitante de uno de los edificios de las residencias Piedras Pintadas, dijo que a las 6:45 de la tarde percibió el olor a quemado y asomarse vio la quinta prendida en fuego. De inmediato salió con la ayuda de otros vecinos y lanzaron una manguera para tratar de apagar las llamas mientras llegaban los Bomberos del DC.
Tuvieron que violentar una puerta e ingresar por una ventana, desde donde dijo ayudó a sacar a unos 7 ancianos. Desde donde estaban podían escuchar los gritos de los que lograron llegar al pasillo, gritando sus nombres para que los ayudaran.
Solidaridad vecinal y de GNB
Una comisión de la GNB que pasó por el sitio en una patrulla se detuvo para brindarles ayuda, mientras que los efectivos de los bomberos tardaron unos 40 minutos en llegar. Sostuvieron los vecinos que para entonces, ya los mismos vecinos habían rescatado a casi todos los pacientes que salieron con vida.
De los 28 ancianos que fueron rescatados, 10 se fueron a casa con sus familiares, mientras que 28 fueron ubicados temporalmente en un espacio especial que habilitó el Seguro Social en el Hospital Domingo Luciani, en El Llanito.
AA