A través de la Mesa Humanitaria Unificada, instalada en las últimas horas y conformada por varias entidades del Estado, se monitorea la situación que se registra en la frontera y lo que sucede con los colombianos afectados por las medidas aplicadas por el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.
La prioridad del Gobierno es garantizar los derechos de los connacionales deportados, brindándoles asistencia en temas de salud, alojamiento temporal, seguridad y convivencia; soporte jurídico, reunificación de padres con sus hijos menores de edad, y retorno a sus lugares de origen, así como avanzar a través de los canales diplomáticos, en el diálogo con el vecino país.
Las Cancillerías de Colombia y Venezuela coordinan gestiones para que los connacionales deportados puedan rescatar los bienes y enseres que tuvieron que dejar.
Reiteramos la importancia de buscar mecanismos conjuntos para superar la problemática que se vive en la frontera, pero sin promover el odio. Los señalamientos personalizados solo generan sentimientos xenófobos que no benefician en nada a los habitantes de los dos países y debemos tener cuidado de no caer en este error.
No es cerrando la frontera ni deportando colombianos como vamos a resolver los problemas de estas zonas. Es a través de la cooperación, y no de la confrontación, que lograremos de manera conjunta combatir con éxito fenómenos como el de contrabando que nos afecta por igual a ambas naciones. Y solo con cooperación también tendremos resultados en la lucha contra las bandas criminales que operan en la frontera.
La agresividad que oímos de lado y lado de la frontera no ayuda para nada a resolver la difícil situación, así como tampoco se entiende que se pretenda sacar beneficio político de una lamentable situación de nuestros compatriotas.
Es desafortunado dedicarse a buscar culpables de lo que está sucediendo cuando lo que debemos es buscar soluciones al fenómeno del contrabando. Debemos canalizar todos nuestros esfuerzos mirando hacia adelante y teniendo en cuenta que el respeto debe primar en esta búsqueda de soluciones.
Hacemos un llamado a la dirigencia política de ambas naciones para que no caigan en la tentación facilista de utilizar la compleja situación que vivimos para pescar en río revuelto con el fin de obtener beneficios electorales cuando nos acercamos a procesos de elecciones en Colombia y Venezuela. Los adjetivos y las descalificaciones personales en contra del expresidente Alvaro Uribe deben ser rechazados. La actitud de violencia verbal afecta severamente a las poblaciones del Táchira y Norte de Santander que son las primeras afectadas por la situación generada.
Es inaceptable que se aproveche la situación que hoy se vive en la frontera y el dolor de tantos colombianos para conseguir réditos políticos.
Venimos haciendo frente a esta situación, con la absoluta convicción de que a través del diálogo se puede encontrar una salida, sin que esto implique dejar de defender los derechos de los colombianos, que deben recordar que tienen un Gobierno que los respalda. Ese es el compromiso que se tiene de manera permanente.
A través de la Mesa Humanitaria Unificada, instalada en las últimas horas y conformada por varias entidades del Estado, se monitorea la situación que se registra en la frontera y lo que sucede con los colombianos afectados por las medidas aplicadas por el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.
La prioridad del Gobierno es garantizar los derechos de los connacionales deportados, brindándoles asistencia en temas de salud, alojamiento temporal, seguridad y convivencia; soporte jurídico, reunificación de padres con sus hijos menores de edad, y retorno a sus lugares de origen, así como avanzar a través de los canales diplomáticos, en el diálogo con el vecino país.
Las Cancillerías de Colombia y Venezuela coordinan gestiones para que los connacionales deportados puedan rescatar los bienes y enseres que tuvieron que dejar.
Reiteramos la importancia de buscar mecanismos conjuntos para superar la problemática que se vive en la frontera, pero sin promover el odio. Los señalamientos personalizados solo generan sentimientos xenófobos que no benefician en nada a los habitantes de los dos países y debemos tener cuidado de no caer en este error.
No es cerrando la frontera ni deportando colombianos como vamos a resolver los problemas de estas zonas. Es a través de la cooperación, y no de la confrontación, que lograremos de manera conjunta combatir con éxito fenómenos como el de contrabando que nos afecta por igual a ambas naciones. Y solo con cooperación también tendremos resultados en la lucha contra las bandas criminales que operan en la frontera.
La agresividad que oímos de lado y lado de la frontera no ayuda para nada a resolver la difícil situación, así como tampoco se entiende que se pretenda sacar beneficio político de una lamentable situación de nuestros compatriotas.
Es desafortunado dedicarse a buscar culpables de lo que está sucediendo cuando lo que debemos es buscar soluciones al fenómeno del contrabando. Debemos canalizar todos nuestros esfuerzos mirando hacia adelante y teniendo en cuenta que el respeto debe primar en esta búsqueda de soluciones.
Hacemos un llamado a la dirigencia política de ambas naciones para que no caigan en la tentación facilista de utilizar la compleja situación que vivimos para pescar en río revuelto con el fin de obtener beneficios electorales cuando nos acercamos a procesos de elecciones en Colombia y Venezuela. Los adjetivos y las descalificaciones personales en contra del expresidente Alvaro Uribe deben ser rechazados. La actitud de violencia verbal afecta severamente a las poblaciones del Táchira y Norte de Santander que son las primeras afectadas por la situación generada.
Es inaceptable que se aproveche la situación que hoy se vive en la frontera y el dolor de tantos colombianos para conseguir réditos políticos.
Venimos haciendo frente a esta situación, con la absoluta convicción de que a través del diálogo se puede encontrar una salida, sin que esto implique dejar de defender los derechos de los colombianos, que deben recordar que tienen un Gobierno que los respalda. Ese es el compromiso que se tiene de manera permanente.