La frontera entre Colombia y Venezuela cumplió el jueves una semana cerrada luego de que presuntos contrabandistas colombianos hirieron a tres militares venezolanos.
Como consecuencia del cierre, 1.097 colombianos han sido deportados desde el vecino país y hay múltiples denuncias de maltratos.
La Defensoría del Pueblo colombiana informó que ha recibido 451 quejas “siendo el desalojo de vivienda el tema común entre los denunciantes, que además advierten situaciones como la desintegración familiar con 113 casos, el maltrato físico y verbal de las autoridades venezolanas con 115 hechos reportados; la destrucción de viviendas, con 52 declaraciones; el despojo de pertenencias durante los desalojos, con 41 quejas, y la retención de documentos, con 32″.
Éver Montes, de 37 años, contó a The Associated Press por teléfono cómo fue su deportación el sábado después de vivir casi 20 años en Venezuela. “Nos tuvieron en una cancha al sol y nos sacaron de la casa a las seis de la mañana, como a unos perros. Nos pusieron al sol como hasta las 11… Nos tuvieron todo el día sin agua, sin darnos nada. Había niños y mujeres. A las cuatro de la tarde nos montaron en un bus”, relató.
Su esposa, que se encuentra embarazada, se quedó en San Antonio del Táchira.
Para la canciller colombiana María Ángela Holguín, quien el miércoles se reunió con su par venezolana Delcy Rodríguez, la cooperación entre los dos países es la herramienta para combatir el contrabando y no el cierre de la frontera.
En una entrevista con la emisora local Caracol Radio, la ministra de Exteriores indicó que el presidente Juan Manuel Santos ha tratado sin suerte desde el fin de semana de comunicarse con su par venezolano Nicolás Maduro.
“El presidente Santos lo llamó el fin de semana y no había recibido respuesta de él”, explicó Holguín.
La víspera Santos sostuvo que “no es admisible, bajo ninguna circunstancia, la forma como muchos colombianos han sido expulsados del territorio venezolano dejando atrás hijos, muchos de ellos niños, como la hija de 12 años de una señora que me contó su historia y que se quedó al otro lado de la frontera mientras a su mamá la sacaban de donde había vivido por años”.
Aunque unos cinco millones de colombianos viven en Venezuela, la ofensiva de seguridad se ha enfocado en algunos poblados cercanos a la frontera. Según Maduro en dichas poblaciones la escasez generalizada y la delincuencia rampante se deben a bandas de inmigrantes.
Maduro ordenó el cierre de la frontera la semana pasada luego de que hombres armados, según Caracas paramilitares, hirieron a tres militares venezolanos que efectuaban un patrullaje para combatir el contrabando.
El cierre de los pasos fronterizos en Táchira está generando pérdidas millonarias a empresas y comercios que operan en la región y se teme que la situación económica se agrave de persistir el cierre.
Más de 50% de las miles de empresas, industrias y comercios que operan en los seis municipios de Táchira se encuentran paralizadas parcial o totalmente por falta de personal, materia prima e insumos, indicó el jueves Isidoro Teres, presidente de la comisión de asuntos fronterizos de la mayor cámara de empresarios de Venezuela.
Teres explicó que cerca de 80% de los trabajadores de las empresas venezolanas de la frontera son colombianos y al cerrarse los pasos fronterizos e impedirse el tránsito hacia Venezuela la mayoría de las industrias y comercios se han quedado sin empleados.
A ello se suma el hecho de que cerca de 20.000 venezolanos que habitan en las localidades fronterizas laboran en Colombia y desde que se cerró la frontera no han podido llegar a sus trabajos, lo que ha puesto en riesgo su estabilidad laboral y económica, precisó el dirigente empresarial.
Teres dijo a AP que, aunque no se ha cuantificado una cifra exacta, se estima que el cierre de los pasos fronterizos está generando pérdidas millonarias a las más de 4.000 compañías, industrias y comercios de la zona. AP
Fotos Reuters
La frontera entre Colombia y Venezuela cumplió el jueves una semana cerrada luego de que presuntos contrabandistas colombianos hirieron a tres militares venezolanos.
Como consecuencia del cierre, 1.097 colombianos han sido deportados desde el vecino país y hay múltiples denuncias de maltratos.
La Defensoría del Pueblo colombiana informó que ha recibido 451 quejas “siendo el desalojo de vivienda el tema común entre los denunciantes, que además advierten situaciones como la desintegración familiar con 113 casos, el maltrato físico y verbal de las autoridades venezolanas con 115 hechos reportados; la destrucción de viviendas, con 52 declaraciones; el despojo de pertenencias durante los desalojos, con 41 quejas, y la retención de documentos, con 32″.
Éver Montes, de 37 años, contó a The Associated Press por teléfono cómo fue su deportación el sábado después de vivir casi 20 años en Venezuela. “Nos tuvieron en una cancha al sol y nos sacaron de la casa a las seis de la mañana, como a unos perros. Nos pusieron al sol como hasta las 11… Nos tuvieron todo el día sin agua, sin darnos nada. Había niños y mujeres. A las cuatro de la tarde nos montaron en un bus”, relató.
Su esposa, que se encuentra embarazada, se quedó en San Antonio del Táchira.
Para la canciller colombiana María Ángela Holguín, quien el miércoles se reunió con su par venezolana Delcy Rodríguez, la cooperación entre los dos países es la herramienta para combatir el contrabando y no el cierre de la frontera.
En una entrevista con la emisora local Caracol Radio, la ministra de Exteriores indicó que el presidente Juan Manuel Santos ha tratado sin suerte desde el fin de semana de comunicarse con su par venezolano Nicolás Maduro.
“El presidente Santos lo llamó el fin de semana y no había recibido respuesta de él”, explicó Holguín.
La víspera Santos sostuvo que “no es admisible, bajo ninguna circunstancia, la forma como muchos colombianos han sido expulsados del territorio venezolano dejando atrás hijos, muchos de ellos niños, como la hija de 12 años de una señora que me contó su historia y que se quedó al otro lado de la frontera mientras a su mamá la sacaban de donde había vivido por años”.
Aunque unos cinco millones de colombianos viven en Venezuela, la ofensiva de seguridad se ha enfocado en algunos poblados cercanos a la frontera. Según Maduro en dichas poblaciones la escasez generalizada y la delincuencia rampante se deben a bandas de inmigrantes.
Maduro ordenó el cierre de la frontera la semana pasada luego de que hombres armados, según Caracas paramilitares, hirieron a tres militares venezolanos que efectuaban un patrullaje para combatir el contrabando.
El cierre de los pasos fronterizos en Táchira está generando pérdidas millonarias a empresas y comercios que operan en la región y se teme que la situación económica se agrave de persistir el cierre.
Más de 50% de las miles de empresas, industrias y comercios que operan en los seis municipios de Táchira se encuentran paralizadas parcial o totalmente por falta de personal, materia prima e insumos, indicó el jueves Isidoro Teres, presidente de la comisión de asuntos fronterizos de la mayor cámara de empresarios de Venezuela.
Teres explicó que cerca de 80% de los trabajadores de las empresas venezolanas de la frontera son colombianos y al cerrarse los pasos fronterizos e impedirse el tránsito hacia Venezuela la mayoría de las industrias y comercios se han quedado sin empleados.
A ello se suma el hecho de que cerca de 20.000 venezolanos que habitan en las localidades fronterizas laboran en Colombia y desde que se cerró la frontera no han podido llegar a sus trabajos, lo que ha puesto en riesgo su estabilidad laboral y económica, precisó el dirigente empresarial.
Teres dijo a AP que, aunque no se ha cuantificado una cifra exacta, se estima que el cierre de los pasos fronterizos está generando pérdidas millonarias a las más de 4.000 compañías, industrias y comercios de la zona. AP
Fotos Reuters