Chávez, en su programa Aló Presidente, transmitido desde Capaya, el 17 de abril de 2005, lanzó los denominados Núcleos de Desarrollo Endógeno… diez años después… ¿qué ha quedado hoy de ese “NÚCLEO” fundado en Barlovento? ¿por qué en esta época de crisis, ese centro no arrima siquiera un saco de ocumo, o carne de pollo, cochino o ganado?
Es necesario repensar las políticas de desarrollo para Barlovento, ahora que está siendo atravesado por la autopista para facilitar la conexión estratégica con el Oriente venezolano, como recientemente quedaron inaugurados los ocho kilómetros de vialidad en el municipio Andrés Bello.
Tenemos también un aeropuerto nacional que entró en funcionamiento hace poco, aunado a una pista de aterrizaje en Merecure, que ya varias veces se ha sido denunciada por actividades de avionetas “misteriosas” con fines aún desconocidos. Faltaría la comunicación marítima.
Barlovento se ha convertido en un centro estratégico importante de comunicación nacional, que serviría de desahogo a la ya casi inhabitable Gran Caracas. Lamentablemente, y siguiendo la revisión crítica de las diferentes iniciativas de desarrollo para nuestra región, observamos con mucha preocupación que esos planes han quedado momificados, paralizados en el tiempo… algunos que eran sueños, hoy se han convertido en pesadillas.
¿Qué pasó con
el Núcleo Endógeno
de Capaya?
El presidente Chávez, en su programa dominical Aló Presidente, transmitido desde Capaya (municipio Acevedo), el 17 de abril de 2005, es decir, hace una década, lanzó los denominados Núcleos de Desarrollo Endógeno, un refrescamiento de los que fueron las Zonas Estratégicas de Desarrollo Sustentable. A ese proyecto le colocaron el nombre de uno de los hombres más racistas en la Venezuela republican, llamado Miguel Sanz. La iniciativa de los Núcleos de Desarrollo Endógeno tenían la intención de ser espacios territoriales, con la finalidad, en primer lugar, de producir para la sustentación de acuerdo a las potencialidades locales y regionales, contribuir a erradicar la importación, erradicar las cadenas de especulación con los alimentos agrícolas, fortalecer políticamente a las comunidades para la construcción de un modo de producción colectivo y democrático. De eso se trataba .
Chávez dijo en ese momento que se utilizarían cien hectáreas para un desarrollo agrícola y avícola. Decía en ese momento: “Yo llamo a todo el que tenga tierra a sembrar caraotas, porque nosotros importamos mucha caraotas. El pollo es otra cosa, pues debemos bajar la importación”. En ese mismo programa, el alcalde Juan Aponte proponía “arrancar produciendo lo nuestro, por ejemplo, los rubros autóctonos, musáceas, plátanos, topochos, cambures, yuca, raíces y tubérculos, maíz, arroz”. Era la época que se reivindicaba mucho al general de hombres libres, Ezequiel Zamora, y se crearon los lanceros y estos a su vez crearon una cooperativa con treinta de ellos, denominada Cooperativa Productiva Lucero Grande, con proyecto de cultivos masivos de frutas, gallinas ponedoras, ganado bovino, porcino y también lombricultura. Para ese proyecto se agruparon diversas instituciones, tales como Ministerio de Agricultura y Tierra, Ciencia y Tecnología, la Gobernación de Miranda que estaba en manos de Diosdado Cabello, Ministerio de Economía Popular, en fin, fue una “caimanera interinstitucional” para que ese centro fuera la gran vitrina del nuevo tipo de desarrollo local que había planteado Chávez en el documento “Un salto hacia delante” en el 2004, en el que la experiencia de Capaya sería un referente nacional e internacional.
Es necesario evaluar
¿Qué ha quedado hoy de ese “NÚCLEO”? ¿Por qué en esta época de crisis, ese centro no arrima siquiera un saco de ocumo, o carne de pollo, cochino o ganado? ¿Qué se hizo todo ese esfuerzo dejado abierto por el presidente Chávez? ¿Se logró bajar la importación de alimentos?
Incluso, Chávez se dio cuenta que le estaban jugando ‘kikiriwuiqui’, pues cuando estaban transmitiendo unas supuestas imágines del Núcleo de Desarrollo Endógeno, preguntó: “¿Esas son imágines son de este sitio?”. Luego dijo, “no son de este sitio… no me las incluyan por favor”. Al parecer, algunas veces le montaban el show al Presidente para decir que “todo estaba bien”, algunas veces se daba cuenta, otras no.
Lo cierto es que este otro proyecto bien intencionado se perdió en el camino de los sueños, transformándose en tremenda pesadilla que ni siquiera abastece a la propia comunidad donde fue creado, y eso no le duele a nadie. Es inversión de todos y todas los venezolanos, que en una primera etapa se entregaron 250 millones de bolívares de los viejos, camiones, tractores, suficiente para que hoy hubiésemos tenido un centro de desarrollo bastante sólido.
Hoy, el balance es nada alentador, estos núcleos de desarrollo endógeno, en el caso de Barlovento, no dio los resultados e insisto en que se deben evaluar las causas del fracaso, entre las cuales -por cierto-, no está la falta de apoyo presupuestario. Tampoco fue por falta de buenas intenciones de apoyarse en buenos técnicos… entonces… ¿dónde estuvo la falla? Los involucrados en la “cayapa interinstitucional” deben darnos respuesta y con la mejor disposición replantearnos las ideas y arrancar con pies firmes.
CHU-CHE-RÍAS
*** Afrotv sigue llamando a la gerencia de Corpomiranda para que dé el apoyo necesario a este importante órgano de comunicación comunitaria
*** Se impone una reunión de los directores de cultura municipales para hacer un programa de prevención con nuestros jóvenes