Don Gustavo Wiese Delgado fue un ejemplo para la juventud

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El diplomático, historiador y presidente vitalicio del Instituto Duartiano de Venezuela, enseñó la honestidad a través de su ejemplo. Siempre aseguró, y lo demostró, que podía ser honrado sin morirse de hambre. Su trayectoria estuvo llena de valores, entre ellas, ser un acérrimo luchador contra la dictadura de Leónidas Trujillo

Su muerte ocurrió el pasado 19 de agosto en la ciudad de Caracas a los 93 años de edad, víctima de un infarto. El Dr. Gustavo Wiese se desempeñó como Ministro Consejero de la Embajada de República Dominicana y fue Secretario Técnico de la presidencia de su país durante el mandato provisional de Héctor García-Godoy (entre las innumerables ocupaciones diplomáticas por el mundo), bajo el auspicio de la Organización de Estados Americanos (OEA), una vez finalizada la llamada Revolución de Abril en 1965. Wiese fundó tal organismo, equivalente al Ministerio de Hacienda y Cordiplan en Venezuela, hasta 1999.

Legado en Venezuela

Con un gran sentido de responsabilidad, el diplomático trabajó como experto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y fungió como asesor directo del Congreso venezolano en la redacción de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en 1981 (LOPA), en la que se establece que “toda persona interesada podrá, por sí o por medio de su representante, dirigir instancias o peticiones a cualquier organismo, entidad o autoridad administrativa” y su pertinente respuesta por parte del Estado. Fue éste uno de los tantos servicios que prestó a Venezuela.

Semblanzas

Su ejemplar vida deja muchas enseñanzas, eso se deriva de la vocación que como maestro conservó hasta el mismo día de su partida a compartir con el Señor de Los Cielos sus conocimientos y su confianza de que todos los seres humanos merecemos un mundo mejor y con mayores oportunidades. Su vocación y su amor por la libertad de los pueblos del mundo, lo llevan a ser considerado como uno de los hombres más probos y preclaros del siglo XX y lo que va del siglo XXI. Supo amar con pasión a su tierra dominicana y a sentir en su alma su pasión por todos los venezolanos. Su lucha incansable fue la de resaltar los valores reales de la historia de la República Dominicana, manifestando en todo momento y a cada instante la gallardía, la valentía y la gesta histórica realizada por el Padre de La Patria y adalid de la nacionalidad, el General Juan Pablo Duarte y Diez, un hecho que lo llevó a convertirse en un incansable patriota promotor del movimiento Duartiano y presentarlo con toda su gloria a través del mundo y principalmente en nuestra, su también, amada Venezuela.
Hombre honesto y humano, dedicado al bien común. Amante de su familia y de, muy especialmente su adorada esposa, la arquitecto Emma Luisa García de Wiese. Enseñó la honestidad a través de su ejemplo. Siempre aseguró, y lo demostró, que podía ser honrado sin morirse de hambre. Su trayectoria estuvo llena de valores, fue un acérrimo luchador contra la dictadura de Leónidas Trujillo y tal como lo afirma su hijo, Heinrich Frank Wiese García: “Contribuyó a edificar la identidad de los dominicanos en Venezuela (…) y aprovecho la oportunidad para recordar el aporte de mi padre a la investigación de la antropóloga Cecilia Ayala, descendiente de Duarte, en la que se desmiente el mito de la supuesta pobreza y decadencia del Padre de la Patria Dominicana, Juan Pablo Duarte”.
Al entregar, por razones de salud, el Instituto Duartiano de Venezuela, fue elegido en ese mismo acto, por unanimidad absoluta, presidente vitalicio de dicha institución, en donde continuó trabajando por su bien y el de los dominicanos hasta el último día de su vida.

Cómo actuaba y pensaba
“Los enemigos del duartismo en Santo Domingo, los llamados conservadores, con Santana a la cabeza, se ocuparon de crear la leyenda de la miseria de Duarte, para desacreditarlo”.
En el prólogo a la obra “La familia de Juan Pablo Duarte en la Caracas de 1845-1890”, un análisis socioeconómico de la investigadora Cecilia Ayala, Don Gustavo Wiese considera que las leyendas de la indigencia y de la huida, al afectar la imagen de Duarte, dañan la autoestima del pueblo dominicano y el necesario orgullo que debe sentir por sus héroes e ideales. «El pueblo dominicano tiene en Juan Pablo Duarte, en su ideario y en el ejemplo de su vida, una base de valor incomparable. No tiene que inventar pero tiene que ocuparse de desmentir las falsedades que propagaron los enemigos de Duarte».

Su otra gran verdad

Don Gustavo reconoció que pese a los importantes esfuerzos que han hecho historiadores para clarificar algunos aspectos confusos de la vida de Duarte, aún persisten dudas e infundios, sobre todo de su etapa venezolana, de la que hay escasa documentación. Al respecto, él propuso profundizar las investigaciones y cambiar la visión de mártir que tenemos de Juan Pablo Duarte. «Queremos que de ahora en adelante no se vuelva a decir ‘el pobre Duarte’ sino que con orgullo pleno de la nacionalidad dominicana digamos ‘el glorioso Duarte».

Corolario

Hoy, al reseñar tan infausta noticia del fallecimiento del Dr. Don Gustavo Wiese, al que consideraremos siempre nuestro maestro y ductor, la Junta Directiva del Instituto Duartiano de Venezuela, la cual me honro en presidir, hace llegar a su distinguida esposa Doña Emma Luisa García de Wiese, a sus hijos, demás familiares y amigos nuestra más sentida palabra de pésame por tan irreparable pérdida y siempre tendremos presente:
“Los grandes hombres jamás mueren, solo descansan en su gloria, en su ejemplo y en su obra”

Por la Junta Directiva

Lic. Salomón Benshimol Rodríguez / Presidente
Ing. Vicente Pérez Cayena / Vicepresidente
Sra. María Emilia Ayala-Landa
Dr. Armando Michelangeli Ayala Lafeé
Socióloga Cecilia Ayala
Rafael Minaya Rodríguez

Un Domingo con Salomón
Salomón Benshimol R.
sbenshimolyahoo.com

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