La egipcia Sisa Abu Daooh estaba embarazada cuando su esposo murió, en la década de los 70. Desde entonces, ha vivido y trabajado como hombre, por que esa es la única manera en la que ha podido tener un trabajo y mantener a su hija, Hoda.
Ella ha trabajado por más de 40 años entre los lustradores de zapatos en Luxor. Se sienta con ellos en las cafeterías, ora con ellos en la mezquita local y viste como ellos o con pantalones o una túnica tradicional hasta el piso conocida como galabeya.
Mucha gente creía que Sisa Abu era un hombre, hasta que hace unas semanas se reveló públicamente su secreto durante 42 años. Cuando el presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, la premió con el reconocimiento a las mujeres que encabezan una familia, por su esfuerzo y dificultades que ha tenido que vivir por 40 años para alimentar y ser el sostén de su hogar.
“Es una mujer trabajadora ejemplar”, dijo el presidente al darle el reconocimiento a Sisa Abu Daoh, además de otorgarle una ayuda económica de seis mil dólares.
En una entrevista, Daohh, de 64 años, dijo que comenzó a vestir como hombre por necesidad, para escapar de las restricciones laborales contra la mujer en un mercado dominado por los hombres y ganar lo suficiente para mantener a su hija.
La egipcia Sisa Abu Daooh estaba embarazada cuando su esposo murió, en la década de los 70. Desde entonces, ha vivido y trabajado como hombre, por que esa es la única manera en la que ha podido tener un trabajo y mantener a su hija, Hoda.
Ella ha trabajado por más de 40 años entre los lustradores de zapatos en Luxor. Se sienta con ellos en las cafeterías, ora con ellos en la mezquita local y viste como ellos o con pantalones o una túnica tradicional hasta el piso conocida como galabeya.
Mucha gente creía que Sisa Abu era un hombre, hasta que hace unas semanas se reveló públicamente su secreto durante 42 años. Cuando el presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, la premió con el reconocimiento a las mujeres que encabezan una familia, por su esfuerzo y dificultades que ha tenido que vivir por 40 años para alimentar y ser el sostén de su hogar.
“Es una mujer trabajadora ejemplar”, dijo el presidente al darle el reconocimiento a Sisa Abu Daoh, además de otorgarle una ayuda económica de seis mil dólares.
En una entrevista, Daohh, de 64 años, dijo que comenzó a vestir como hombre por necesidad, para escapar de las restricciones laborales contra la mujer en un mercado dominado por los hombres y ganar lo suficiente para mantener a su hija.